14 mayo, 2024

Bajo el Madroño: «Mucho paripé, poca seriedad»

OPINIÓN. Al Atlético de Madrid Femenino le tocará reinventarse una vez más. Hasta seis bajas le ha tocado confirmar al equipo que dirige José Luis Sánchez Vera para el próximo curso. Algunas de ellas son especialmente sensibles. Nombres como el de Esther González, Aurélie Kaci o Andrea Sánchez Falcón se encuentran en la extensa lista de salidas. Sin embargo, una figura predomina entre todas ellas. Jennifer Hermoso ha decidido poner fin a su segunda etapa colchonera en apenas una temporada. Solamente un año le ha durado a la delantera madrileña el «sueño» de regresar a casa. 24 goles y una Liga después, Jenni decide volver al máximo rival rojiblanco: el Fútbol Club Barcelona.

Varios son los motivos que justifican una salida tan variopinta. El poder económico del Barça, el ambicioso proyecto deportivo culé o, incluso, razones personales, podrían haber decantado la balanza. Pero el cabreo en el seno del club rojiblanco es monumental. Su abrupta ruptura de las negociaciones en mayo, su papel intrascendente en los últimos encuentros de la temporada (final de Copa incluida) y su marcha al rival directo después de una única campaña son aspectos que escuecen notablemente en la disciplina atlética. Porque nadie olvida que el Atlético de Madrid fue el equipo donde Jenni se formó como futbolista. Igual que tampoco han dejado pasar cómo el Atleti rescató a su canterana del Paris Saint-Germain tras su paupérrima temporada en tierras francesas.

Con la zamarra colchonera, Jennifer Hermoso ha vuelto a sentirse futbolista. Ha marcado goles, ha ganado títulos y ha recuperado la sonrisa. También ha llorado, pero de emoción. El cariño desbordado de la afición rojiblanca el día que el Femenino llenó el Metropolitano fue una huella que ninguna futbolista podrá borrar de su cabeza. Jenni, tampoco. Todo esto hubiera sido imposible sin el Atlético de Madrid. Su equipo, su «casa», apostó por ella cuando era Jenni quien necesitaba del Atleti. Cuando el Atleti procuró retener a su estrella, ella les dio el portazo. Pequeñas diferencias.

«Su equipo, su «casa», apostó por ella cuando era Jenni quien necesitaba del Atleti. Cuando el Atleti procuró retener a su estrella, ella les dio el portazo. Pequeñas diferencias»

Y es que no hay nada en Jennifer Hermoso que la diferencie de Rodrigo Hernández. ¿Por qué habría que valorarlos de forma diferente? Cierto es que Jenni se atrevió a escribir unas líneas de despedida a modo de trámite. Tópicos como el agradecimiento eterno salieron a relucir durante toda la carta. Pero no, no cuela. Para el aficionado colchonero no es comprensible ese romanticismo barato en una salida tan difícil de aceptar. Si el fútbol femenino aspira a fidelizar al hincha, no puede presentar el cambio de cromos entre los dos grandes del campeonato como algo convencional. Y menos aún puede pretender que la afición del Atlético de Madrid reciba a su canterana dando palmas.

«Si el fútbol femenino aspira a fidelizar al hincha, no puede presentar el cambio de cromos entre los dos grandes como algo convencional. Y menos aún puede pretender que la afición del Atlético de Madrid reciba a su canterana dando palmas»

El fútbol femenino se ha ganado el afecto y la simpatía de muchísima gente. El Mundial de Francia ha contribuido enormemente a ello. Su crecimiento es exponencial, pero falta algo más. Falta ese respeto a la camiseta que el aficionado no está dispuesto a negociar. No se puede exigir compromiso al hincha mientras ve cómo sus jugadoras anuncian su salida entre risas en un late night. Mucho paripé, poca seriedad. Buen viaje, Jenni. Cierra al salir.

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