CRÓNICA. El arte de sufrir, el arte de sumar

El arte de sumar. Eso hizo el Atlético, que se impuso al Granada, gracias a ser el mejor en el arte de sufrir. Primero Marcos Llorente y después Correa, dieron al Atlético tres puntos que valen oro.

Arrancó el duelo en el Nuevo Los Cármenes en unos primeros compases muy disputados. Un inicio de partido en donde Correa tuvo las dos primeras claras. La primera acción de ataque, tras un gran pase de Carrasco, el argentino remató con el exterior tras un buen recorte, pero atajó sin problemas Rui Silva. Respondía a la salida de un córner el conjunto de Diego Martínez. Salió a despejar Oblak, que se topó con Montoro y vio pasar el balón. Se quedaba todo en un susto cuando reclamaba falta el esloveno. Seguía muy equilibrado el primer tiempo, con ambos equipos disputándose la pelota y el Atlético siendo mejor con mayor número de piernas en el centro del campo. Insistir, insistir e insistir. A base de trabajo, los de Simeone lo intentaba ahora por medio de Kondogbia, que tras avanzar líneas buscó a Suárez entre líneas, quien recortó pero su disparo con la zurda se marchó fuera. Seguía percutiendo el charrúa, de nuevo a pase de un buen Kondogbia, y que de primeras probó a Rui Silva. Despejó el guardameta la nueva acción de peligro colchonera. Llegó el tiempo de descanso en Los Cármenes con una nueva acción en la que estuvo presente Luis Suárez. Correa, de cabeza, quiso conectar con el charrúa, pero el balón se marchó largo. Pese a intentarlo, la intensidad fue la tónica dominante del primer tiempo.

El Atlético y el arte de saber sufrir

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Buen inicio colchonero en el segundo tiempo. Internada por la izquierda en un buen balón profundo para Saúl. El ilicitano la dejó atrás de tacón y Correa no consiguió conectar con Marcos Llorente en el interior del área. La segunda tampoco pudo ser. Un nuevo centro, otra vez de Correa por la izquierda, le llegó a Suárez, quien de primeras la pegó con una tijereta preciosa que se topó con el larguero. Ocasión más clara del partido para un Atlético que salió en tromba en busca del primer tanto de la tarde. Respondía el Granada primero por medio Eteki y después Machis. No tuvo que intervenir en la primera Oblak, pero sí lo hizo en la segunda. El centro-chut de Machis se envenenó y tuvo que sacar la manopla el esloveno. Pero quien la busca la consigue. Estaba mejor el Atlético y por medio del que siempre resuelve los problemas, por medio de Marcos Llorente, el conjunto del Cholo se adelantaba en Los Cármenes. Pero sin tiempo para apenas celebrarlo y en una acción de infortunio, el Granada empataba el encuentro. Saúl, con miedo a hacer penalti, entró flojo ante la presencia de Molina, quien desde el suelo puso el balón al corazón del área. Yangel Herrera, desde el suelo, remató mordido y el balón, que se topó con el pie de Felipe, se envenenó y se coló en la portería de Oblak.

Menos de media hora por delante y por el momento, se repartían los puntos en Granada. Lo intentó el Atlético por medio de Carrasco, con una intentona en solitario. Se la guisó, se internó en el área, y ante la presencia de la defensa, Mateu Lahoz señaló falta. No la había por ningún lado. Solo la vio el señor colegiado. Pero si se tuvo mala suerte en el empate, cambió de cara y sonrió el partido al Atleti. Correa recibió de Marcos Llorente, se lo pensó, la pegó y gol de Angelito Correa. La suerte sonrió al argentino, que su golpeo rebotó en la bota de Vallejo y se coló al fondo del área. Se adelantaba por segunda vez el conjunto de Simeone en el partido, ahora con algo de fortuna, siempre necesaria. Partido disputado y complicado en Los Cármenes, y sin apenas recursos para sostener el partido desde el banquillo. Tocaba sufrir. Apretó el Granada con un Mateu Lahoz que mostró amarillas a Koke, por protestar, y Carrasco. Mientras, el conjunto nazarí se marchó sin amonestaciones pero de vació.

Tres puntos de mucho valor para un Atlético que supo sufrir y trabajar un partido y tres puntos de mucho nivel. Pese a recibir gol, el Atlético sigue líder y la palanquita sigue ayudando.