
Foto: Club Atlético de Madrid
El Atlético se impuso a base de unocerismo al Valencia en un partido de Liga espeso, tosco pero que decantó Griezmann desde el banquillo. Una victoria necesaria en una plaza complicada como Mestalla.
Partido complicado en Mestalla y más aún después de la derrota ante el Villarreal. Tocaba sacar adelante una salida complicada, con un gran desplazamiento pese a ser lunes y con más ansiedad que otra cosa. Un partido malo, con el Atlético sin apenas juego y ante un Valencia tosco que quería seguir sumando en Liga. Una puesta inicial sin cambios en base a lo previsto y buscando la presión alta al cuadro ché. Una presión que no surtía efecto, Gattuso imponiendo su juego y el cuadro de Simeone un tanto deslavazado. Y sin presión, tocaba hacerse fuerte atrás y robar un balón para intentar salir a la contra. Un primer tiempo en el que Musah pudo decantar la balanza con un disparo perfecto a la portería de Oblak. Batía al guardameta esloveno, pero el Atlético en bloque se iba a pedir una falta previa sobre Joao Félix. Una falta que parecía clara y que reafirmó el VAR. El gol quedaba anulado.
Tras ello, parecía mejorar el Atleti buscando balones a la espalda de la defensa de la Ciudad del Turia. Todo ante un Valencia que dominaba con balón pero que no generaba peligro al Atlético, en un partido de Liga que pudo decantar el colegiado. Morata salió en velocidad, Correia le derribó por detrás y Cuadra Fernández le expulsó con roja directa. Era el último, el español iba directo al área y no dudó. Sin embargo, el VAR le llamó a capítulo en una acción más que discutible y le retiró la roja directa. Cuadra Fernández decidió retirarle la roja directa y le amonestó solo con amarilla. Un primer tiempo en el que Morata falló con un mano a mano que se fue a córner. Todo con el Valencia sin disparar a puerta.
Arrancó el segundo tiempo con la entrada de Carrasco, en el lugar de un Saúl amonestado. Un segundo tiempo también complicado, sin apenas juego pero que decantó Simeone desde el banquillo. Dio paso a Lemar y Griezmann y la dupla de franceses hizo el único tanto de la noche. Robó Lemar en el centro del campo, circuló hasta la frontal donde encontró a su compatriota, que con un poco de suerte, batió a Mamardashvili. Todo en un segundo tiempo donde tras el gol, el Atleti mejoró con el Valencia volcado en busca del empate. Un segundo tiempo donde Morata, Cunha y Griezmann pudieron sentenciar. Ocasiones claras de gol, incluso con un larguero de Cunha que acabó anulado por fuera de juego, mientras el Valencia pese a su personalidad, no tiró a puerta en todo el partido.
Victoria de peso, con una plantilla larga en ataque y corta en defensa y ya pensando en la Real Sociedad. Trabajo, trabajo y más trabajo, con un final de mercado aún angustioso.