El Atlético de Madrid B se la jugaba y el Cerro del Espino era consciente de ello. Los chicos de Nacho de Fernández no iban a estar solos en un Cerro del Espino que colgó el cartel de no hay billetes. Sabían que ganar era la única opción y así salió el cuadro colchonero. Presión alta, trabajo y ocasiones de inicio. La primera fue para el Navalcarnero y respondió el Atleti B por medio de Mario Soriano. Una buena acción de Toni Moya y que el joven Soriano mandó a las manos de Nestor. Un buen inicio de partido que comenzaba a dominar el cuadro colchonero por medio de un excelso Toni Moya. El capitán tenía claro que debía ser el comandante del equipo, y así lo mostró. Y pasado el cuarto de hora de partido, el propio Toni Moya, cazando un balón desde la frontal, hacía enloquecer al Cerro. Golazo del capitán que adelantaba al filial en el Cerro del Espino. Un buen inicio con el que habían conseguido lo más difícil, ponerse por delante. Ahora tocaba remar con la corriente a favor y buscar ampliar la ventaja.
Pero el buen inicio de partido se vio frustrado. Una falta a favor del Naval trajo consigo el empate antes de la media hora de juego. Gonzalo Sáiz probó con una falta directa que San Román desvió mal, al corazón del área pequeña, y que Mario García mandó al fondo de la red. Se igualaron las fuerzas y el Naval mejoraba. Por su parte, Toni Moya seguía comandando un Atleti B que quería sumar a un Mario Soriano que mejoraba con el correr de los minutos. El joven jugador lo empezaba a intentar por la izquierda, pero se encontraba con una férrea defensa. Fue antes del descanso cuando el filial reclamó una pena máxima por mano en el área rival. No señaló nada el colegiado y el partido se iba con empate al tiempo de descuento.
QUERER Y NO PODER
Intensidad a raudales a la vuelta de vestuarios y Diabate, solo, en búsqueda de un gol necesario. Un inicio complicado, trabajo y ante un Navalcarnero que perdía tiempo desde el principio. El empate les valía y eran conocedores de ello. Había que trabajar y buscar opciones de peligro. Percutía por ambas bandas el filial, que veía una mejoría de un Fernando Medrano que quería ayudar al equipo con sus internadas por la izquierda. Corrían los minutos y pese al dominio, no llegaban las ocasiones claras de gol de un Atleti B que no sabía deshacer el entramado defensivo del Navalcarnero. Con veinte para el final y sin ocasiones para el final, Nacho Fernández realizó las primeras variaciones. Dio pase a Davo y Forcén, en busca de desborde por la derecha, retirando a Ricard y Diabate. Menos de cuarto de hora para el final y las ocasiones trenzadas pasaban a ser balones al área. El tiempo se iba acabando y tocaba soñar.
Nunca dejes de creer era el lema de un filial que picaba piedra en busca de un gol que no llegaba. Álvaro García, tras una buen falta de Toni Moya, lo intentó con un remate forzado al segundo palo que golpeó en la parte de arriba del larguero. No quedaba otra que seguir trabajando y Nacho Fernández buscó altura en el campo. Dio paso a Tenas para buscar los balones aéreos y a Camus. Se acaba el tiempo y la salvación. Davo y Forcén lo intentaban por la derecha, percutiendo y buscando un gol que pudo llegar. Desbordó Davo y encontró a Forcén, que remató alto. Mientras tanto, el Navalcarnero perdía tiempo y se veía con la salvación en la mano. Llegó el tiempo de descuento, cinco para el final, y solo quedaba soñar. A la desesperada, Sergio Camus pudo batir a Nestor, adelantado, pero consiguió despejar a córner el meta visitante. Todo el equipo volcado, incluso Sanro buscó la machada que no apareció…
El Atleti B no consiguió el objetivo de la salvación ante el Navalcarnero en un día donde mereció más. Sin embargo, el trabajo de toda la temporada provocó el adiós a la temporada regular. Ahora, a intentar no luchar por descender a tercera… Con el fin de Segunda B, el Atleti B se irá, como mínimo, a la cuarta división española y no podrá estar en la Primera RFEF (Tercera división por orden).
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