13 mayo, 2024

Así fue el día más extraño que se recuerda en el Atlético

El Atleti canceló toda su planificación previa al partido de Liga ante el Celta de Vigo tras dos positivos por Covid-19.

El Atlético de Madrid no pudo pasar del empate ante el Celta de Vigo en un encuentro que se escapó en el último suspiro en el día más extraño que se recuerda desde la llegada del coronavirus. Ni un año de pandemia, ni la borrasca Filomena habían afectado tanto, en día de partido, a la disciplina de Diego Pablo Simeone. Como viene siendo habitual en días de partido como local, el equipo realizaría una sesión de activación por la mañana, se concentrarían en el hotel, comerían, descansarían y prepararían el partido para dar el último detalle antes del desplazamiento al Estadio Metropolitano. Sin embargo, todo esto no se iba a producir y el día iba a cambiar de forma radical.




El día comenzó con las alarmas encendidas en la disciplina colchonera. Tras los test PCR previos al encuentro y unos resultados no concluyentes, se activaron todos los protocolos. El Atlético suspendió su entrenamiento matinal de activación de cara al partido y posterior concentración en el hotel. Se confirmaba el positivo de Héctor Herrera Thomas Lemar, y todos los planes previstos y habituales cambiaban. Lo estipulado y programado, que era lo mejor para el devenir del equipo, quedaba totalmente suspendido.

Cambio de planes y sesión preparatoria por Zoom

El día comenzó con los futbolistas desplazándose para la sesión de activación previa al encuentro. Sin embargo, una llamada previa provocó el regreso de los futbolistas a sus respectivos domicilios. Se suspendía la concentración en el hotel debido a la situación de los dos nuevos positivos. Se buscó restringir al máximo el contacto estrecho entre los jugadores. Tras ello, y como confirmó Diego Pablo Simeone en rueda de prensa, se reunió al equipo mediante un zoom. En esta sesión, vía telemática y que recordaba a la cuarentena, se enseñó el vídeo previo y se analizó las flaquezas y puntos fuertes del Celta de Vigo. Todo el día, de los más extraños que se recuerdan en la disciplina colchonera, se culminaba poco más de dos horas antes de dar comienzo el encuentro en el Metropolitano. Allí, una vez todos juntos y ya conociendo el once inicial, se preparó el equipo para el partido.

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