14 mayo, 2024

Bajo el Madroño: «Sí lo pueden entender»

BAJO EL MADROÑO. Resulta nauseabundo ver a un sector de ‘aficionados’ abroncar y humillar a los hombres que llevaron al Atlético de Madrid a lo más alto.

OPINIÓN. Apenas un día después de que el diario El Mundo destapara el acuerdo entre Barcelona y Atlético de Madrid por el caso Griezmann, al Metropolitano le dio por silbar a Koke Resurrección y a Diego Pablo Simeone. Dicho ‘pacto de caballeros’ establecía que el club azulgrana pagaría 15 millones de euros al Atleti por las molestias causadas. Lejos, muy lejos, quedaban ya los 80 ‘kilos’ que el club reclamaba como suyos por las evidentes negociaciones entre Griezmann y el Barça en medio de la pasada campaña. A cambio -como si el perjudicado tuviera que agradecer a su verdugo la limosna-, el Atlético de Madrid le concedió a la entidad catalana un derecho de tanteo por cinco futbolistas rojiblancos. Entre ellos, dos estandartes como Saúl y Giménez. Casi nada.

Puesto que no existía explicación racional alguna para el acuerdo, al presidente del Atlético de Madrid le dio por hablar a los micrófonos en un aparente estado de embriaguez. El cooperador necesario Enrique Cerezo todavía le está dando vueltas a la cifra exacta de la infame multa que le impuso la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) al Barça por los contactos con Griezmann. 300 millones, 30 mil, 300 mil millones… ¿Qué más da? 15 ‘kilos’ se iban para el bolsillo. No había gin-tonics suficientes en el palco para celebrarlo. Quizás en Miami disfrute de muchos más.

«Al presidente del Atlético de Madrid le dio por hablar a los micrófonos en aparente estado de embriaguez. 15 ‘kilos’ se iban para el bolsillo. No había suficientes gin-tonics para celebrarlo. Quizás en Miami disfrute de muchos más»

Pero a sus correligionarios de logo en pecho no les dio por girarse contra el palco. Los pitos, otra vez, fueron contra el capitán y el mejor entrenador de la historia del Atlético de Madrid. 85 minutos duró el juicio de gran parte de la grada contra sus dos mayores insignias en la actualidad. Sí, 85. Ganarse un hueco en los micrófonos de la prensa madridista patria no admite retrasos a la hora de salir antes del pitido final. Bajo la lluvia quedaron los incondicionales, aquellos que se encargaron de ahogar cada silbido con el estruendo de su voz. Simeone sabe quiénes son. Con eso basta.

Resulta nauseabundo y difícilmente comprensible ver cómo un sector importante de ‘aficionados’ es capaz de abroncar y humillar a los hombres que han llevado al Atlético de Madrid a lo más alto. Irónicamente, son los mismos que piden no pitar a la directiva porque «desestabiliza al equipo». Paradojas del ‘gilismo’. Mientras contemplaba desde la lejanía lo que sucedía en aquella tarde madrileña de Champions, un compañero madridista justificaba la bronca de la grada. «Un toque de atención», comentaba. Y decían que no lo podían entender. Vaya si lo entienden.

«Resulta nauseabundo ver a un sector de ‘aficionados’ abroncar y humillar a los hombres que llevaron al Atlético de Madrid a lo más alto. Irónicamente, son los mismos que piden no pitar a la directiva porque «desestabiliza al equipo». Paradojas del ‘gilismo'».

Que el Atlético de Madrid no pasa por su mejor momento futbolístico es una obviedad. Muchos de los pesos pesados (entre los que se encuentra gente como Koke o Costa) no están cerca de su mejor nivel. El ‘Cholo’, además, no termina de acoplar todas las piezas. El equipo muestra solvencia atrás, pero le cuesta un mundo generar fútbol de ataque. Y cuando lo hace, no marca. Las estadísticas ofensivas no mienten. Pero de la autocrítica constructiva (y necesaria) al linchamiento permanente hay un paso gigante. Silbar a Koke y a Simeone es silbar al Atlético de Madrid. Renunciaron a una vida plagada de títulos por hacer historia en el club de su vida. Negaron a 35 millones de razones y a todo un Barça por seguir brindándonos muchas tardes de pizza. Porque ese es el menú que nos gusta, por más que le provoque un corte de digestión a algunos. Y que no nos lo cambien.

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