Contracrónica: «Menos Morata…»

Corría el partido plácidamente para el Atleti merced a dos zarpazos de Griezmann y Saúl provocados ambos por  un inspirado Thomas Partey, cuando desde el Frente se empezó a cantar «menos Morata y más Borja Garcés». Al principio, el personal hizo caso omiso, pero ante la insistencia el resto del estadio mostró su desacuerdo en forma de pitos. Fue entonces cuando el Frente decidió que todo el que no estaba de acuerdo era un vikingo. Vikingos, no, vikingos, no… erigiéndose en gurús del sentimiento atlético, mosqueando al Cholo, que airadamente reclamó ánimos al equipo y no pataletas más o menos fundadas. Sin embargo, lo más torpe de las protestas fue que el que salió perjudicado realmente fue Borja Garcés. Si el chaval tenía alguna posibilidad de salir, desapareció de un plumazo. El Cholo nunca va a admitir chantajes de nadie ni demagogias baratas, y menos cuando Morata es una vieja petición personal suya. Al final, salió Víctor Mollejo. Ese al que hace una semana un conocido periodista deportivo le llamó feo en un alarde de buena praxis profesional. El canterano hizo más en media hora que Kalinic hasta entonces. Se movió por todo el frente de ataque,  buscó desmarques, percutió contra los centrales y ayudó al equipo en defensa cuando fue necesario. No hubo más cambios. Y si los hubiera habido, a buen seguro Garcés no habría sido uno de ellos. Protestar contra un fichaje por su pasado madridista, que es lícito y respetable,  no debe suponer perjudicar la carrera de alguien que está llamado a conseguir grandes cosas aquí en un futuro no muy lejano. Hasta que llegue ese momento tenemos lo que tenemos y estamos donde estamos. Luchando por la Liga y en octavos de una Champios cuya final se juega en tu estadio y ante un extraordinario rival como la Juventus. Y no nos olvidemos de que Simeone quiere lo mejor para su equipo, con muchos más aciertos que fallos en estos 7 años. ¿Menos Morata y más Borja Garcés o menos demagogia y más hacer caso a Simeone? Veremos si todos aquellos que clamaron contra los que no estaban de acuerdo con sus protestas, dejan de celebrar sus goles.