28 abril, 2024

Contracrónica: «Inquina»

Valioso punto del Atleti en el siempre hostil y difícil estadio de La Cerámica para mantenerse en la parte alta de la tabla, antes de la visita a Dortmund.

Reconozco que siempre me ha causado curiosidad la inquina que en Villarreal tienen hacia el Atlético de Madrid, especialmente la de su presidente, que siempre que puede manda algún recadito sobre las supuestas malas artes que en el Atleti emplean a la hora de quitarle jugadores. Especialmente sonado fue su encontronazo con Godín al final de la temporada 2011-2012, después de que un cabezazo de Falcao les mandara a Segunda en la última jornada. Sin entrar en estos detalles, y recordando que el Villarreal también consiguió a Fornals mediante clausulazo y sin dejar capacidad de reacción al Málaga, desde principios de semana Fernando Roig se ha dedicado a caldear el ambiente previo al partido de manera gratuita, a lo que hay que sumar la incógnita de si se iba a poder jugar o no el choque debido a la famosa gota fría. La tarde se presentaba, pues, muy incómoda para los rojiblancos, y como tal, la solución de inicio ante este tipo de partidos volvió a ser el cuatrivote: Rodri, Thomas, Saúl y Koke. Se perdía profundidad y verticalidad, a costa de un mayor control de la zona ancha ante un rival con muchos problemas en este inicio de temporada, con el entrenador cuestionado, pero hipermotivado, como cada vez que el Atleti visita su estadio. Tocaba madurar el partido y al rival. La solución funcionó. Los del Cholo dominaron el juego y, aunque apenas tuvieron llegadas de peligro, el Villarreal no inquietó la portería de Oblak.

Foto: La Liga

Simeone decidió cambiar el libreto a la vuelta del descanso. La entrada de Lemar y Correa por Rodrigo y Kalinic se convertía en una apuesta decidida a ir definitivamente a por el partido. A los pocos minutos, una falta lanzada por Griezmann terminó con un cabezazo de Filipe a la red aprovechando el rechace del larguero. Solamente 15 minutos después, los amarillos conseguían empatar en una jugada aislada y sin aparente peligro que nadie acertó a despejar. A partir de ahí, el Villarreal se lanzó en tromba a por el segundo y una vez más emergió, imponente, la figura de Jan Oblak salvando tres situaciones de gol que parecía imposible salvar, sobre todo la que le sacó a Bacca cuando parecía que éste ya le había recortado para marcar a puerta vacía. La sacudida del esloveno desde el suelo en el último instante para arrebatarle el remate al colombiano fue de dibujos animados japoneses. Por supuesto, a él le da igual un balón blando a las manos que una jugada crítica en la que se tiene que emplear a fondo. Como Clint Easwood, Jan no cambia el gesto para nada y al final se lleva el gato al agua.

Así fueron pasando los minutos. El Atleti no encontraba a Correa, Lemar y Griezmann y bastante hacía con contener las acometidas locales, aunque la última ocasión, y muy clara, la tuvo el propio Lemar rematando mal un gran centro de Juanfran y demostrando que el juego de cabeza no es lo suyo.

Al final, un punto importante, en un campo tradicionalmente hostil en el cual el Atleti había salido derrotado en las últimas cuatro temporadas y ante un rival que ante los colchoneros siempre saca lo mejor de sí mismo. Toca ahora afrontar otra salida complicadísima en Dortmund esperando recuperar a Diego Costa. Allí también son muy calientes, pero no hay gota fría ni inquinas gratuitas de su presidente.

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