13 mayo, 2024

Contracrónica: «Sobre despropósitos e incendios»

Se acabó la Copa para el Atleti este año. Dos noches repletas de momentos gestionados de manera nefasta han dado al traste con las posibilidades del equipo de eliminar a un Sevilla que ha sido mejor. Sé que muchos a estas horas estarán entrando en una de esa crisis de autodestrucción que tanto gustan a orillas rojiblancas. Por otra parte, los de la otra orilla se estarán frotando las manos ante el resurgimiento de una nueva oportunidad para tratar de hincarle el cuchillo a Simeone. Pues muy bien. Neuras de unos y otros aparte, lo cierto es que tras el gol de Costa en la ida, el equipo no ha hecho otra cosa que concatenar infinidad de errores impropios para los registros en los que se suele manejar y a los que nos ha acostumbrado.

FOTO: LaLiga
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A los 30 segundos de haber empezado un partido de vuelta en el que había que remontar la eliminatoria, y después de perder el balón en el saque de centro, el Sevilla ya había trenzado sin oposición de ninguna camiseta amarilla la jugada que acabó en el 1-0. Inexplicable falta total de concentración y más leña al fuego. No obstante, el Atleti reaccionó rápidamente. Equilibró la intensidad local y puso la eliminatoria a tiro de prórroga mediante un zapatazo de Griezmann con la derecha. Hasta ahí la aportación del francés al partido y a la eliminatoria. En cualquier caso, a partir de ese momento, y durante el resto de la primera parte, los del Cholo superaron a su rival, liderados por Saúl. Fueron los mejores momentos del equipo, si no fuera porque, cuando Costa no está, los demás se empeñan en ponerse el disfraz de feriante con escopeta de perdigones incluida. Griezmann, por dos veces, Correa y Gameiro tuvieron la ocasión de empatar la eliminatoria antes del descanso, pero no fueron capaces ni de acertar para llevarse el llavero de consolación. A pesar de todo lo vivido y del sinfín de despropósitos, el Atleti seguía vivo en la eliminatoria con toda la segunda parte por delante… Pobres ilusos. Al minuto, un exceso de ímpetu de Saúl en área propia provocó un penalti de esos que son para nosotros como en su día fue El Dorado para los conquistadores: todos decían que existía, pero nadie lo había visto. En nuestro caso, los penaltis a favor son como El Dorado. Para los demás no… 2-1 y otra vez a dos goles de la clasificación. Dos minutos después, una potentísima arrancada de Saúl por la izquierda termina con un gran centro que le cae a Correa completamente solo en el área con todo el tiempo del mundo para tomarse un mate, echarse la siesta, despertarse y tener tiempo para colocarla en el lugar de la portería que más rabia le hubiera dado. A pesar de todo ello, punterazo y al muñeco… Ahí terminó todo. Una vez más, lo que pudo ser y no fue. Ya no fuimos capaces ni siquiera de inquietar. También una vez más, la entrada de Carrasco no aportó nada nuevo. La decisión de despoblar el medio para dejar tres atrás provocó que el Sevilla estuviera cada vez más cómodo. El tercer gol, tras un contragolpe en el cual Carrasco, que acababa de entrar en la segunda parte, decidió no seguir a Sarabia, terminó de matar la eliminatoria y de centrar las esperanzas del equipo en la Europa League y en mantener su posición de privilegio en la Liga, con la clasificación para Champions muy encarrilada a estas alturas, cosa que no siempre ha sido así. Efectivamente, todos sabemos que hay jugadores en un pésimo estado de forma, otros a los que la camiseta les queda demasiado grande y otros que sencillamente no quieren estar aquí. Podríamos recitar entre todos los nombres que encajarían en cada grupo y coincidiríamos en gran medida, pero los incendios ahora no van a llevar a ningún sitio. Llegará el momento en el que haya que realizar la planificación que este año no se ha podido llevar a cabo por la sanción. Mientras tanto, queda apretar los dientes y confiar en el que nos ha llevado hasta aquí y en los que le siguen a muerte, con sus aciertos y sus errores. Partido a partido.

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