14 mayo, 2024

Victoria agónica y balsámica en Riazor de un Atleti que sigue evidenciando una preocupante falta de creación ofensiva durante los noventa y tantos minutos que duró el choque. Dicho esto, ante los problemas, este equipo podrá carecer de muchas cosas, pero no de una: carácter. Ellos son los primeros que saben que no están bien, que les falta confianza, que últimamente todos se les suben a las barbas con mucha más facilidad y, a pesar de ello, el grupo no se abandona a su suerte. No se abandona a la deriva. Cierran filas y vuelven a aquel partido en Málaga en enero de 2012 y en aquella versión primigenia del cholismo, a partir de la cual comenzamos este maravilloso viaje en el que aún nos vemos inmersos.

FOTO: AtléticoDeMadrid
FOTO: AtléticoDeMadrid

Como en aquel partido, todo debía partir de la premisa fundamental: no conceder ni permitir vías de agua. Eso lo consiguió. Ante un Deportivo voluntarioso y con ambición de ir a por el partido. El Atleti no permitió concesiones. Ni siquiera en los centros laterales, su asignatura pendiente en este inicio de temporada. Otra cosa era cuando recuperaba el balón. Todos los ataques morían antes de llegar a las zonas de peligro. Es ahí donde la ausencia de Koke cobra especial importancia. Muchas veces parece que no está, pero él es el punto de equilibrio de este equipo. Espero que este mes sin poder contar con él sirva para que muchos se lo piensen mucho antes de criticarle.

Y así fue transcurriendo el partido, entre bostezos y la angustia de ver que el partido se iba irremisiblemente ante un triste empate más. En esas estábamos cuando una arrancada a la contra de Lucas desde campo propio acabó con el canterano volando por los aires en la frontal del área tras una acometida de Sidnei para frenarle. Ya sin Griezmann en el campo, todo parecía indicar que Gabi iba a ejecutar la que parecía iba a ser la única ocasión para ganar el partido. Lo que hizo después Gabi paralizó a todos, empezando por la barrera deportivista y acabando por su portero. En el momento en que pisó el balón para que la reventara Thomas el tiempo se suspendió para todos menos para ellos dos. Gol, tres puntos y Simeone abrazado con Burgos en la banda. Y a seguir sobreviviendo, que es lo que este equipo está haciendo desde hace más de un mes. Porque este equipo no pierde la cara ni dejará de competir con lo que tenga. Porque por eso se ha plantado en el mes de noviembre imbatido en Liga, empatado a puntos con el Madrid por la tercera plaza, como mínimo, y después de haberse enfrentado a Valencia, Sevilla, Athletic, Barça y Villarreal.

Cuando Thomas consiguió el único gol del partido, hacía ya 10 minutos que Griezmann había sido sustituido por Giménez. El francés es el principal señalado tras este partido, como lo estaba ya antes y siguió estándolo durante, a tenor de su rendimiento. Él es el principal culpable de su situación actual por torpe e infantil. Todo lo acontecido este verano le está pasando factura y está demostrando que, al contrario del grupo que le rodea, tiene una alarmante falta de carácter, requisito indispensable para alguien que pretende sentarse en la misma mesa que Messi y Ronaldo. Aún está a tiempo de reaccionar. Hay que exigirle conforme a lo que se supone que es y que ya ha demostrado. Tiene condiciones de sobra para echarse el equipo a la espalda y liderarlo, pero para ello hay que tener carácter, porque este es un equipo de hombres, no de niños.

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