Contracrónica: «El tiempo»
Qué terriblemente cruel puede llegar a ser el paso del tiempo. De repente un día te levantas y las cosas no son como las has vivido o las has sentido hasta ese momento y notas que algo se te ha escapado. Echas la vista atrás y te das cuenta de que todo aquello de lo que has disfrutado con tanta intensidad se está yendo inexorablemente porque es ley de vida que así sea y no queda más remedio que aceptarlo.
Es tremendamente duro ver cómo el carácter indómito de gente tan aguerrida como Gabi, Juanfran o Godín ya no es suficiente. Ya no llega… El rodillo implacable de antaño, ahora cuesta más moverlo. La incomodidad causada en el rival hasta hace bien poco, en este momento no es tan severa. El sometimiento y el miedo que provocabas en los rivales hoy no es tal, y eso que haces lo mismo de siempre… Al menos esa es tu sensación, pero la realidad es que no… y cuánto cuesta aceptarlo. Siempre cuesta. Pregunten a Eddy Merckx, al que llamaban el caníbal, cuando marchando de líder camino de su sexto Tour las piernas le dejaron de responder en Pra Loup. O al gran Miguel Induráin en 1996 camino de Les Arcs. Anoche el Atleti ha tenido ante el Qarabag su Les Arcs particular. Y no por falta de actitud ni de hambre ni de intensidad ni por culpa del nuevo estadio ni nada por el estilo. Simplemente ahora no nos da. Siguiendo con el símil, el Tour de Francia es al ciclismo lo que al fútbol es la Liga de Campeones. Lo que en otras competiciones puedes esconder, aquí es imposible. Ambas son tan grandes que te encumbran con la misma facilidad que te destruyen porque además tienen un aliado implacable: el tiempo. El mismo tiempo que nos hará valorar en su justa medida todo lo conseguido por esta plantilla, alcanzando las cumbres más altas de tu historia, que podrían haber sido incluso mayores si en el fútbol existiera justicia.
En cualquier caso, la autocompasión no debe pasar de hoy. Hay que ser conscientes de que aún estamos en otoño y falta mucho para primavera. Con lo que hay tenemos que afrontar el camino que nos espera en la forma en que este grupo se ha impuesto a sí mismo desde hace 6 años. No nos podemos permitir ponernos a pensar en el futuro porque eso nos hundiría. Ya llegará el momento. Ahora toca pensar en el Deportivo y mantenernos donde estamos. Lo demás estorba.
