14 mayo, 2024

Bajo el madroño: 30 años no son nada… ¿O sí?

Con poco tiempo de vida, sin saberlo, sin entenderlo, viví la página más nefasta y decisiva de la historia del Atlético de Madrid. Llegó la familia Gil a nuestro club. Y bajo promesas vacuas y encantamientos de serpiente llegó a convencer a parte de la afición de que era lo mejor. Craso error. Treinta años después el bagaje del Atleti (era Cholo aparte) es pobrísima. Una intervención judicial acompañada de numerosos escándalos, una deuda enorme, y pérdida de estatus deportivo. Para muestra un botón: el Barça en aquel momento sólo tenía 10 ligas y el Atlético 8. Ambos habían jugado sólo una final de la Copa de Europa. Hoy la diferencia es abismal. El Barça tiene 14 ligas más y ha alzado 5 veces la Champions. Llámenme mal colchonero pero no me parece normal.

Reuters
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La mala gestión del club llevó al Atleti a confiar en diciembre de 2011 en un entrenador sin mucha experiencia. Un símbolo. En un momento en el que los fantasmas de un nuevo descenso acechaban al equipo, la grada torció el cuello y empezó a señalar a los culpables, el palco. Para evitar una situación de hostilidades ficharon un muro, alguien que satisfaría las expectativas de la afición. Descenderemos pero será con uno de los nuestros. El «cholismo» comenzó siendo un invento de Cerezo y Gil para desviar la atención de un nuevo proyecto fracasado y terminó siendo en un milagro inexplicable. Ficharon un escudo humano y se encontraron con el mejor entrenador de nuestra historia.

Desde entonces sólo los éxitos deportivos han sostenido la delicada situación económica, gestionada una vez más de manera deficiente. La posición de fuerza generada desde el ámbito deportivo con la Liga ganada en 2014 propició un nuevo reparto de los derechos de televisión que han permitido aumentar el presupuesto del Atlético de Madrid. Y los resultados en Champions son los que está pagando los gastos del faraónico e innecesario cambio de estadio. El dinero ganado en la competición y los sponsors que ha traído el éxito en el panorama europeo son el colchón en el que se ha acomodado los mejores gestores del mundo.

En su haber hay un único éxito. Han conseguido que Simeone siga todavía con nosotros a pesar del continuo desmantelamiento de la plantilla. De los precios de venta al público en las cláusulas de rescisión. De la falta de contundencia institucional para defender al club de los horarios, el trato federativo y el desprecio de los medios de comunicación. Gracias Cholo por seguir, aquí. Dicen que 30 años no son nada, pero con Cerezo y Gil han sido demasiados.

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