27 abril, 2024

Contracrónica: «Vergüenza torera»

CONTRACRÓNICA. Victoria solvente del Atleti ante el Athletic Club de Bilbao, a base de vergüenza torera, para romper una racha de tres partidos sin ganar en Liga.

Podría definirse el concepto de vergüenza torera como el sentido de responsabilidad que impone la obligación de cumplir con el propio deber. El mismo Rosendo, atlético de pro, dedicó hace unos años una canción a la vergüenza torera (o más bien a su ausencia en los tiempos que corren) que decía tal que así:

«Faena sin asumir por uno y otro lao.
Qué vamos a discutir siempre a toro pasao
Vergüenza torera.

Montan la barraca y venga tiroriro,
y toma traca y daca y luego yo no he sido.

Es evidente mienten,
continuamente mienten

Es evidente mienten,
continuamente mienten.
Aunque revienten»

No podía venir más a cuento a lo que hemos vivido las últimas semanas en torno al Atleti y a figuras como Simeone y Koke. Todos aquellos que berrearon hace unos días en el partido ante el Leverkusen, al son del tiroriro de la barraca montada interesadamente por ciertos medios, volvieron a esconderse en su amargura y su eterno cenicismo tras el solvente ejercicio que los colchoneros hicieron ante un Athletic que empezó muy bien, pero que terminó a merced de los de Simeone, que claramente hicieron un partido de menos a más.

Es muy posible que la historia hubiera sido una muy distinta de no ser por un Oblak, que fue capaz de colgarse en el vacío desafiando todas las leyes de Newton en un remate de cabeza de Íñigo Martínez nada más comenzar el partido, o de volar para desviar un disparo con muy mala leche de Raúl García desde fuera del área. Sin embargo, la diferencia de esta vez con otras es que en la primera llegada clara, diablura de Correa mediante, los locales consiguieron adelantarse en el marcador. A partir de ese momento, el Atleti fue otro muy distinto que borró a los vizcaínos del terreno de juego, y lo hizo gracias a la vergüenza torera de tipos que esta temporada estaban siendo muy cuestionados: el propio Correa y Lemar dieron un paso al frente y se echaron al equipo a la espalda cuando más se les necesitaba. El argentino había empezado la temporada con el pie cambiado, con un pie en Milán a cambio de que Rodrigo Moreno recalara en el Metropolitano, y el francés, sin su principal valedor en el equipo, parecía seguir sumido en la insustancialidad futbolística. Ante la ausencia de João Félix, ambos asumieron galones y el equipo fue otro de tres cuartos de cancha hacia arriba. No fueron los únicos que dieron un paso al frente. También lo hizo Saúl, confirmando la mejoría de los últimos partidos, y especialmente Koke, silbado y vilipendiado por unos cuantos hace unos días. Lo del vallecano sí que fue la definición perfecta de lo que debe ser tener vergüenza torera, rebelándose ante las circunstancias y firmando un partido en el que jugó, hizo jugar y se sacrificó constantemente, participando activamente también en el segundo gol, habilitando entre líneas de manera magistral a un Correa que daba su segunda asistencia de la noche para que Morata rompiera su sequía goleadora. Especialmente significativa fue la celebración de este gol, demostrando lo que es este equipo y esta plantilla.

Después de una tormenta engordada de manera absurda, el Atleti duerme segundo empatado a puntos con el primero y demostrando algo que le ha caracterizado en los últimos casi 8 años: vergüenza torera cuando peor están las cosas. Los del tiroriro de la barraca que dice Rosendo tendrán que seguir esperando.

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