12 mayo, 2024

Contracrónica: «La vida cuesta arriba»

Nuevo empate del Atleti fuera de casa y nuevo error individual que cuesta puntos.

No voy a negar que al Atleti le está costando, especialmente fuera de casa. Ya son muchas las veces en que se escapan puntos a domicilio en partidos que antes se terminaban ganando. Valencia, Vigo, Leganés,  Villarreal y esta vez Girona. En todos ellos errores individuales de bulto en zonas donde no se solían producir temporadas atrás han costado que no se empatara en Balaídos, como mínimo, y que  no se ganara en el resto de campos enumerados. Son unos  cuantos puntos. A ello hay que añadir que Griezmann y Costa solamente llevan 3 goles en 13 partidos, que Lemar no termina de aportar la fantasía que se buscaba al ficharlo y que la defensa está plagada de lesiones.

Foto: Atlético de Madrid

Enfrente tenía un equipo que está haciendo tan bien las cosas que actualmente se encuentra séptimo, justo dos puntos por debajo del Real Madrid, quinto actualmente. Partido muy complicado, con un lateral izquierdo de circunstancias por las consabidas lesiones.  En cualquier caso, el Atleti se pudo haber ido al descanso por delante en el marcador si Griezmann hubiera estado más certero o si Saúl hubiera culminado una fantástica jugada colectiva disparando tres dedos más abajo. Ocurrió que el que se puso por delante fue el Girona justo antes del descanso merced a un error impropio de Rodri que provocó el derribo final de Oblak al pichichi Stuani dentro del área. El uruguayo no perdonó.

La segunda parte no mejoró las cosas hasta que entraron Correa y Gelson. El argentino está en este momento muy por delante de Lemar. Uno sí se atreve y el otro no. Uno inventa y el otro aún se está buscando a sí mismo. Un maravilloso pase suyo a Diego Costa acabó en el empate al intentar despejar Ramalho el control del de Lagarto. Había tiempo para buscar el segundo y a punto estuvo Gelson de conseguirlo, si no hubiera definido de manera inocente su uno contra uno ante Iraizoz.

Al final un punto que no cambia tanto las cosas de como estaban ni es tan catastrófico como algún cenizo quiere hacer ver. Todos los equipos están apretando más que nunca y a todos los de arriba les está costando mucho ganar. Sigue faltando mucho por delante y esto todavía va a dar muchos tumbos. Seguimos ahí arriba, a pesar de que los mejores aún no han terminado de aparecer. Esperemos que el final de la espera por el dichoso Balón de Oro haga que el que tiene que tirar de este equipo se termine de centrar en lo realmente importante.

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