
Día de derbi en el Metropolitano, lo que significaba algo diferente. Un día con mucho que ganar pero, también, con mucho que perder. Dos equipos que, en lo alto de la tabla, buscaban erigirse como líderes en solitario de la clasificación. Todo ello con un espíritu indomable, como así rezaba el tifo del fondo sur.
Arrancó el encuentro en un feudo colchonero en donde la ilusión no iba a faltar en un duelo siempre complicado. El primer tiempo discurrió sin grandes ocasiones y con más miedo que otra cosa. Ninguno de los dos equipos lo intentó y es que el miedo a perder podía con todo. En el medio del campo Thomas estaba siendo el mariscal de un día en donde, como siempre, demostró que estar por delante de cualquier jugador del centro del campo. Y es que, sin más pena ni gloria, nada más que con el Metropolitano apretando, el encuentro se fue al tiempo de descanso. Todo hacía indicar que en la segunda mitad ambos debían aspirar a más.
Vitolo se marchaba por lesión y Ángel Correa era el encargado de entrar a revolucionar el derbi. Un derbi que continuaba bastante igualado y con el miedo a perder. El punto era crucial antes que perder, y más después de la racha de ambos equipos. Con el correr de los minutos, ninguno de los equipos conseguía acercarse a la meta rival. El gol no llegaba y era por ello que el Cholo decidió mover de nuevo el banquillo. Lemar sustituyó a Lodi y por ello Saúl bajó al lateral. Un cambio que mostró intención, y es que el brasileño no consiguió encontrar la línea de fondo como suele acostumbrar a la grada del Metropolitano. Con veinte minutos para el final, el Cholo volvió a realizar otro cambio, esta vez era Joao Félix el que abandonaba el verde. El portugués no encontró su mejor versión y dio paso a Llorente en un día donde el partido parecía decidido. Todo hacía indicar que un error iba a decantar el partido a un lado de la balanza. Tan solo la balanza la pudo decantar Benzema, pero ahí apareció Oblak para sacar una mano de categoría. La parada de cada día.
El Atlético consiguió así un punto en un día donde ambos equipos firmaron un empate en un día en donde hubo más miedo que intención.