Es oficial. Diego Pablo Simeone amplía su contrato con el Atlético de Madrid. Amplía su permanencia. Continúa loco de atar. Simeone amplía hasta 2020 su contrato. Con esta ampliación Simeone permanecerá en el Atlético por, mínimo, ocho años y unos días. Después de aquel bonito 23 de diciembre de 2011 donde, en una situación de penumbra, llegó el Mesías para que se hiciera la luz. El Mesías de todos los atléticos apareció de la nada, como remedio a todos los males con un único antídoto, el trabajo y la constancia. Simeone, el Mesías que se levantó para volver a caer pero que no abandona su barco y es que «Dale, dale, dale, que en alguna cae…”

Simeone podría haberse ido. Se le habría despedido como si del propio Mesías se tratara. Podría haber dejado todo por poner rumbo a Argentina, más cerca de sus hijos y dirigiendo a su país. No lo hizo. Fichó, según los «guruses», por Inter, Lazio, Chelsea, PSG y un sin fin de equipos. Pero no, no lo hizo. Diego Pablo Simeone ha decidido, siempre, continuar en las filas de aquel al que ama y es que uno está donde quiere estar y él está donde quiere. El hombre del «partido a partido», el de «el esfuerzo no se negocia» y un sin fin de frases que han ido más allá de los títulos. Y es que Simeone no es un hombre que te dé títulos pero lo que sí dará seguro será amor eterno. Será compromiso. Será lucha. Será pasión. Será todo eso que un atlético siente y es que Simeone es atlético.
Todos los aficionados han amanecido con la ilusión de que regresaba la Liga a final de semana pero hoy, 5 de Septiembre, será recordado por algo más. La renovación es como cuando a un niño le regalan un chupachups porque sí. Le hace tanta ilusión que puede durar días. Con Simeone pasa igual. Es tal la conexión entre aficionados y el argentino que le prefieren a él antes que a todo el oro del mundo. Pero hay una explicación, el Cholo es oro. El Cholo es único. El Cholo es atlético. El Cholo es un loco de atar. El Cholo es… un loco de amor.