Si hay un hombre en el Atlético de Madrid que se haya reafirmado como el futuro y presente del centro del campo del equipo rojiblanco, ese es Saúl Ñíguez, un canterano al que lo único que le preocupa es el mayor bien para su equipo, alguien que muere por ese escudo. El compromiso de Saúl es completamente indudable, pero es que además tiene calidad, y apenas tiene unos 22 años. Todo un galáctico del que puede presumir y sacar pecho el Atlético de Madrid, pues media Europa se pelea por el canterano, el cual solo piensa en rojiblanco, algo que se confirmó por completo cuando el jugador renovó con el equipo de sus amores el verano pasado, teniendo una cláusula de rescisión de nada más y nada menos que de 80 millones de euros, un precio que se queda corto al ver lo importante que es este jugador en el equipo.

Saúl no es uno más en el equipo, es el jugador todocampista que juegue donde juegue siempre lo hace bien, y este año ante las ausencias de Tiago y Augusto, el 8 rojiblanco se ha consagrado como el timón del centro del campo junto al capitán, Gabi Fernández. Saúl es ese jugador que parece que no está pero, cuando menos te lo esperas, te resuelve un partido tranquilamente, como pudimos ver el pasado martes en Champions, ante el Leicester, donde se sacó un cabezazo que sorprendió por completo al guardameta del equipo inglés, un gran gol sin duda. Pero ahí no queda la cosa, y es que el rojiblanco ha decidido más de un partido del equipo gracias a sus goles, los cuales además de ser tremendamente oportunos para el equipo, siempre son tan impresionantes (véase, por ejemplo, aquel golazo contra el Bayern de la temporada pasada) que los rivales a penas pueden tratar de detener los tantos de este hombre.
Es por ello que el equipo colchonero puede estar tranquilo con el conjunto, porque ante las bajas siempre está este señor dispuesto a jugar en cualquier posición para remediar los males, ya sea como lateral o como delantero, ahí está él, y además es de la casa, por lo que lleva los valores del equipo implantados en vena, que más se puede pedir…
No ha tenido un camino fácil en su carrera deportiva, pues desde que era pequeño ya se encontró con muchas dificultades, empezando por aquella época en la que el jugador estaba en la cantera del Real Madrid, un equipo en el que el jugador del Atlético sufrió mucho, entre otras cosas, debido a las múltiples ofensas que el rojiblanco tuvo que aguantar por parte de sus compañeros, que entre otras cosas le quitaban las botas. A Saúl le costó levantarse de aquello pero un día decidió unirse a la cantera del Atleti, donde encontraría la felicidad gracias al cariño de unos buenos instructores y compañeros de equipo, donde el jugador pudo llegar a debutar en primera división y tras salir cedido volver al Atlético de Madrid para quedarse, pero una nueva desgracia llegaría para el joven canterano, una lesión ante el Bayer Leverkusen en Alemania lo dejaría muy tocado pero supo levantarse una vez más y a la temporada siguiente se reivindicaría como titular en un año en el que el club rojiblanco estuvo a punto de ganar la primera liga de campeones.
Por todo esto, sabemos que el equipo estará en buenas manos por lo que podemos confiar en este auténtico guerrero de la vida. Adelante, Don Saúl Ñíguez.