No es el fantasma de la navidades pasadas, no es el espejo en el que se refleja el Atleti, pero sí es un recuerdo, uno lleno de mediocridad el que representa la vuelta al Calderón de Reyes, Jurado, Roberto, Leo Baptistao, Demichelis, y Quique Sánchez Flores. El sobrino de Lola vuelve como entrenador visitante a la que un día fue su casa, y la que hizo campeón por partida doble. A pesar de los títulos y de la devolución del sabor a gloria hay algo que no pudo/supo hacer: cambiar el sino del club. Instalado en resultados mediocres en Liga, con una fragilidad defensiva que haría llorar (de tristeza o risa) a los críticos de Simeone y dependiente de sus estrellas atacantes. Puede que fuera el comienzo del cambio, puede que no. Pero comparen a esos jugadores con la actual plantilla. Eso a un servidor sí le hace llorar, pero de felicidad. Cualquiera tiempo pasado no siempre fue mejor.

Visita el Espanyol el Manzanares en un momento de terapia para la memoria rojiblanca. No ya por las mencionadas vueltas, sino por que en las últimas fechas el Atleti ha entendido que lo que funciona no se debe tocar. Ha retrocedido un paso para avanzar 2 o 3. Si Gabi y Tiago en el medio te han hecho campeón no lo toques. Si Koke es más determinante más adelantado (sea en banda o por el centro) no lo cambies de lugar. Eso de jugar bonito en unos meses será un recuerdo vacío de cuando pretendimos ser algo que no éramos. Quisimos ser Paganini cuando éramos Lars Ulrich. Y creanme cuando les digo que ser el mejor batería no le resta un ápice de belleza a tu música. Es igual de mágico escuchar «La Campanella» que poner a todo volumen «Enter Sandman». Ser el hombre del saco, llevárselo todo y no conceder nada. Infundir el miedo de la nada más absoluta. Ese debe ser el sentido de volver atrás, devolver a los rivales esa sensación que parecen haber olvidado, y lo que es peor, que el Atleti había querido olvidar.
Tras el baño en Copa que se dieron los suplentes bajo el manto de algunos titulares, le toca precisamente a las estrellas del equipo seguir la senda de la victoria. No dejar escapar más puntos en casa es clave para seguir enganchado arriba. El equipo que se presentará en el Calderón no distará mucho del que vimos en Pamplona. Volverá Filipe tras su lesión al lateral izquierdo en detrimento de Lucas. Arriba se ha sembrado la duda tras el partido de Copa si debe acompañar a Griezmann su compatriota, Gameiro o Carrasco. El partido del belga fue tan contundente de cara a puerta, que se convirtió en el máximo goleador del equipo esta temporada. Todo parece indicar que volverá a la banda y será Kevin el que acompañe al aspirante al premio de pega de la FIFA conocido ahora como «The best». Griezmann está nominado para lo que era el Balón de Oro junto a Cristiano y Messi, lo que supone todo un reconocimiento a lo que está logrando vestido de rojiblanco y la dimensión que su fútbol ha alcanzado de la mano de Simeone.
Por contra el equipo perico llega con la principal duda de Piatti. Quique se trajo a diecinueve futbolistas pero deberá descartar a uno a última hora. Seguramente sobre el terreno de juego veremos a algunos de los mencionados ex. El que más papeletas tiene para partir de inicio es Leo Baptistao que está cuajando una buena temporada en Barcelona. El brasileño dice no tener rencor para el Atleti o su técnico, pero lo cierto es que es más fácil ser cabeza de ratón que cola de león.
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