De capa caída. Muertos, estaban. El combate contra los gunners les dejó K.O. Necesitaban un respiro y les ponen una piedra en medio, la misma con la que tropezaron por vez primera en lo que va de curso. Exponerse a este tipo de situaciones tan adversas es un problema muy gordo cuando tienes a medio batallón rendido, ya sea por sanciones, lesiones, cansancio… O por incompetencia.

La realidad es que la segunda unidad del Atlético de Madrid ha quedado diezmada tras las marchas de Carrasco y Gaitán, pero no nos engañemos, tampoco con ellos era una maravilla. Al final, hoy te toca salir a la cancha sin Griezmann ni Costa. Tampoco Correa estaba disponible, y Vitolo, que jugó de inicio, fue sustituido a la media hora de partido. La delantera se te queda compuesta por Gameiro y Torres. Torres, y Gameiro. Dos tipos que solo funcionan (y si acaso les da por funcionar) con espacios. Espacios que, naturalmente, el Espanyol no iba a ofrecer, y menos con la creatividad tan paupérrima del Atleti, sin Griezmann y con un Thomas más despistado de lo habitual, sin estar del todo impreciso, pero no sabiendo interpretar correctamente el partido. En defensa, lo único destacable. Filipe Luís dejó buenas sensaciones en su regreso, dotando al equipo de esa clase tan única que tiene el brasileño; y Lucas, enchufadísimo, como toda la temporada, fue el mejor del equipo, siendo el primero del mismo en: tiros, regates y entradas. Una buena definición del encuentro. Por el lesionado Vitolo entró el joven Arona Sané, que no tuvo el mejor contexto para estrenarse con la rojiblanca en La Liga. Escorado en banda derecha, trató de no verse involucrado en acciones comprometidas durante la primera mitad, y se soltó algo más en la segunda, ya con el resultado en contra. Aún le falta muchísimo, pero si Simeone ha apostado por él antes que por Olabe o Juan Moreno para jugar en la máxima competición, sus motivos tendrá. Motivos tendrá también para desplegar de inicio un dibujo con un 3-1-4-2 (o 5-3-2), que hoy situaba a Thomas en el cierre con Koke y Vitolo de interiores, dejando las bandas libres para Vrsaljko y Filipe. El esquema no terminó de funcionar: Thomas asumía demasiadas responsabilidades, Saúl, al entrar por delante de él, andaba algo perdido también, y las maneras de llevar la pelota a los delanteros no surtió efecto, gran parte de culpa asumida por los propios arietes del día de hoy.
En resumen, que lo de hoy ha sido un despropósito. Habían muchas maneras de perder. Claro que era una alternativa, ¡pero si estaban muertos! Y encima sin jugadores de banquillo excesivamente útiles. Lo que (me) molesta es la manera en la que se ha perdido. Con un equipo desganado, sin ideas, con poco coraje y menos corazón. Decepcionante ver esta imagen a diez días de Lyon, pero por suerte se podrá limpiar, esperemos, el próximo sábado en el Coliseum.