Vuelve. Sí, vuelve la deseada. Esa que siempre se resiste pese a que la llevas corteando mucho tiempo, la que te deja la miel en los labios, la que parece que te quiere pero en el momento justo te rechaza. Esa, sí. Estás cansado de ella, empiezas a tenerle un rencor acumulado, muchas vences piensas en dejarla tirada, olvidarte de ella, lo ves como la mejor opción pero en el momento de dar el paso sientes un poder atracción que te da fuerzas para luchar por su beneplácito teniendo todo en contra para llegar a la gloria. Oh, bendito poder de atracción. Oh, bendito Cholo.

El ganar, ganar y volver a ganar es clave en la filosofía cholista, filosofía de vida. No solo futbolística. A mi ese lema de vida me gusta cambiarlo al de «Luchar, luchar y volver a luchar» porque muchas veces no da para ganar por diversos factores por tanto la voluntad de intentarlo, una y otra vez, es lo que hace grandes a los guerreros. Los mejores guerreros nunca tuvieron batallas fáciles. Muchas veces perdieron y salieron derrotados pero nunca, recalco, NUNCA dejaron de luchar y en la vida dejaron de creer. Los pupilos del coronel Diego Pablo, los guerreros rojiblancos, forman parte de ese selecto grupo de guerreros, mejor dicho Gladiadores, que luchan como hermanos defiendo sus colores de una forma noble y sana derrochando coraje y corazón. Ese derroche de sangre rojiblanca es lo que le hace creer a su gente, se identifican con ellos por tanto saben que lo intentarán, que la intentarán traer a casa como trajeron ya los demás títulos a lo largo de los últimos años con el gran coronel al mando.
Ahora vuelve a empezar la batalla, nadie parte con ventaja (o eso creemos) pero todos sabemos que los nuestros, los guerreros, volverán a estar en primera línea de batalla en busca del objetivo deseado y a la vez repudiado. Porque como los alemanes, DALE DALE QUE ALGUNA CAE.