El Atlético llegaba sin dejar de creer, con el espíritu intacto ante la (semi)finalísima que se iba a disputar en el Camp Nou. En Madrid, mientras que en Barcelona todos parecían confiados, los aficionados colchoneros esperaban ansiosos que llegase en el encuentro, para ver dejar a los suyos dejarse el coraje y el corazón en un encuentro más que importante para los colchoneros.

El partido comenzó con un Atleti, como era de esperar, con todo el arsenal en busca de los goles que le dieran el pase a la final, o pusieran nerviosos a los culés. Los de Simeone se hicieron desde el primer minuto de partido con el dominio del esférico, e incluso estaba por encima en la posesión. Koke se hizo con el balón, y en una fulgurante contra Carrasco se equivocó en el disparo y Cillessen consiguió evitar el primer tanto. Apenas unos minutos después, con la gran intensidad implicada, Savic remató en el corazón del área tras peinar Griezmann una falta de Koke, y el remate del montenegrino se topó con Cillessen, que se encontró con el remate. Los rojiblancos no jugaban solos, miles y millones de rojiblancos apoyaban desde sus casas y Godín remató, como lo hicieran el 2014, pero el guardameta holandés consiguió atrapar el remate. El Barcelona, en contadas ocasiones, buscaba la portería de Moyá pero Godín y Savic, como no ocurriera en el Calderón (en la primera mitad), estaban muy bien plantados y ganando todos los balones divididos. Sergi Roberto vio la primera amarilla del partido, tras una entrada sobre Filipe Luis, y justo antes de la media hora de partido Torres recibió el esférico en el área, donde fue arrollado por el propio Sergi Roberto, sin poder continuar con el balón, sin que el colegiado señalase nada.
El Barcelona, con el paso de los minutos, se hizo con el control del esférico y el Atleti esperaba atrás para buscar una contra que les diese una oportunidad de adelantarse en el marcador. Los de Luis Enrique merodeaban la portería colchonera, pero apenas generaban ocasiones de peligro ante una gran defensa. El conjunto culé, en la primera ocasión del encuentro a su favor, Messi se la guisó y se la comió, disparó y el rechace de Moyá, tras meter la manopla, le cayó a los pies de Luis Suárez, que batió a placer al guardameta colchonero para hacer el primer tanto de la vuelta de semifinales. Los de Luis Enrique, según lo visto, no merecían ir por delante en el marcador y el castigo al Atleti se podía haber visto mermado, si Gil Manzano (se había interpuesto hasta dos veces entre el jugador rojiblanco y el balón) hubiera enseñado la segunda cartulina amarilla a Sergi Roberto, tras una dura entrada a Griezmann en el centro del campo. Con esto, el encuentro se marchó al descanso con un Atleti con las opciones intactas, al seguir necesitando dos goles, ahora para forzar la prórroga.
Las malas noticias se acumulaban al comenzar la segunda mitad. Tras el primer cambio de Gaitán, por Correa, Simeone debía mover ficha dando paso a Lucas Hernández, que entró en sustitución del lesionado Godín. Tras los imprevistos surgidos en el conjunto de Simeone, ya que Gaitán se marchó con molestias en su tobillo izquierdo, parecía entonarse el equipo con la permuta de bandas de Carrasco, que ahora se encontraba en la banda izquierda y contó con la primera de la segunda parte, con un disparo desviado. El Atleti veía una luz al final del túnel, cuando un gran cambio de orientación controlado por Filipe Luis, Sergi Roberto llegó muy tarde y vio la segunda tarjeta, marchándose al túnel de vestuarios y evitando el cambio que iba a realizar Luis Enrique. El Atleti asediaba y tras una gran combinación, Griezmann recibía en el área y tras hacer el primero, el asistente levantó el banderín de forma errónea. Simeone, con once, decidió dar paso a Gameiro en sustitución de un gran Fernando Torres. El Atleti asediaba, buscaba el gol, pero no llegaban las oportunidades ante un Barça metido atrás y salvaguardando la ventaja. Cuando mejor se encontraba el Atleti y más presionaba, Carrasco se escurrió en la presión a Arda Turán, y con la amarilla de la primera mitad, derribó al turco y vio la segunda cartulina, que dejaba al equipo con diez, al igual que al Barcelona.
Las piernas pesaban tanto en jugadores como en aficionados, pero la ilusión y el corazón seguía intactos, viendo a los suyos luchar con todo en contra. Luis Enrique dio entrada a Busquets e Iniesta, que volvían tras lesión, mientras que Correa se desfondaba y probaba a Cillessen con un disparo lejano, que atrapó el holandés sin problema. Los blaugranas no conseguían hacerse con el esférico y el Atleti, a remolque, estaba siendo el llevador del partido con un vibrante Correa. Savic, tras realizar una entrada sobre Luis Suárez en una contra, vio la cartulina amarilla. Todo parecía negro, cuando Messi pateó una falta increíble desde la frontal del área y se topó con el larguero, ante la estirada inútil de Moyá, pero el Atleti seguía vivo, y en la contra Gameiro se internó en el área donde fue derribado por Pique. El ’21’ francés iba a ser el encargado de lanzar la pena máxima, que lanzó por encima del larguero, cerrándose todas las esperanzas a la remontada. Pero señores, esto es el Atleti y nunca se deja de creer, cuando le llegó un balón a Griezmann, que muy astuto le dejó el balón a Gameiro, que la empujó a puerta vacía y abría todas las ventas, ante las puertas que se habían cerrado. Quedaban diez minutos para el final, y el Atleti apretaba, cuando Suárez sentenciaba el encuentro tras una genialidad de Messi, pero el ‘charrúa’ se encontraba en posición antirreglamentaria. Asedio era la palabra, el Atleti no cesaba y Luis Suárez, tras soltar el codo, vio la cartulina roja cuando se levanta el cartelón de +4. Correa volvía a desbordar a Jordi Alba, pero el remate de Griezmann se marchaba fuera. Moyá subía en un córner, pero no había remate, y en la contra Messi fue derribado por Filipe Luis, tras ver la cartulina amarilla. Tras añadir cinco, y perderse más de uno y medio, el arbitro decidió señalar el final después de que Busquets lanzara el balón a donde sabe quien, pues el señor Gil Manzano no dio más añadido, y señaló el final del encuentro.
Los colchoneros, tras no contar con un gol mal anulado y un penalti errado por Gameiro, luchó y demostró la garra que todo aficionado rojiblanco pedía, luchando hasta el último minuto, bueno… hasta que el árbitro dejo. Con todo esto y más, el Atleti parece volver a su senda, y demostró que tiene mucha guerra que dar.