No había comenzado lo que iba a ser un infierno para toda la familia rojiblanca cuando estaban todos con el equipo, animando porque había mucha ilusión puesta en esta eliminatoria y sobretodo en eliminar al rival incluso desde días anteriores. En el comienzo del partido todo seguía igual pero a lo largo de los minutos, el equipo ya iba perdiendo 1-0 y con los 80.000 aficionados del Madrid animando, se escuchaba por encima a 4.000 guerreros, indios, colchoneros… Como los queráis llamar, pero se notaba lo que sentían por dentro porque más que un equipo, más que un club esto es un sentimiento y una forma de vivir el día a día.
Todos nos conocemos la historia del partido pero cabe destacar algo fundamental que hay en este equipo y que todos ya sabemos, que es la afición del Atlético de Madrid, porque nada más terminar el partido, todos los aficionados que se habían desplazado al Santiago Bernabéu empezaron a cantar el himno del conjunto colchonero como si hubiéramos ganado el partido pero no esto no se quedó ahí, ya que hasta que salieron del campo todos los aficionados que también estaban destrozados aunque no lo pareciera fueron cantando una a una todas las canciones para animar al equipo y demostrar que en ningún momento viajaran solos como dice uno de los cánticos colchoneros. No porque sea Champions o el Madrid pasa esto, sino que Domingo tras Domingo, partido tras partido, toda la afición de esta gran FAMILIA está alentando a su equipo para llevarles en brazos hacia la victoria. Esto es para destacar por encima de los demás, ni por ser los mejores aficionados, no, esto sucede porque es un sentimiento, una pasión, una forma de vida lo que se siente por este equipo y gracias a estas cosas el equipo ha llegado a donde está porque solo cabe destacar que tras dos día de aquel fatídico partido de semifinales, en el entrenamiento de hoy había una pancarta que decía «A morir, los míos mueren» y esto demuestra que para el Atleti nada es imposible y menos para todo aficionado rojiblanco.
Dejando atrás la gran imagen que dio la afición antes, durante y después del partido, hay que decir que no es una de cada mil veces cuando hace esto, porque si echamos la vista años atrás, o incluso décadas, cabe destacar la importancia del Frente Atlético sobretodo, además de la afición, en momentos fundamentales de cara a los malos momentos del equipo. Y es que sí hay que recordar momentos malos donde la afición colchonera estuvo en todo momento con el equipo, podríamos escribir una lista interminable que nunca acabaría, pero dentro de todos esos momentos, hay algunos que se quedarán grabados en la memoria de toda la hinchada y jugador colchonero. Podemos empezar por uno de los más duros, como es aquel descenso a segunda división donde la gente y el equipo estuvo destrozado por aquel momento terrible, pero a pesar de esa tristeza, del dolor, la afición colchonera estuvo ahí para resucitar a un equipo derrocado, cual ave fenix resucita de sus cenizas. Les ayudó a superar el desastre incrementando el número de socios y asistiendo a todos y cada uno de los partidos que el equipo disputaba en el Calderón o lejos del mismo.
Otro momento donde la afición estuvo a muerte con los suyos, pese a la situación y tristeza, fue en aquella final de la Copa del Rey, donde el Atlético de Madrid perdió por 0-2 frente al Sevilla, en el Camp Nou. A pesar de la derrota, y al igual que en el Bernabéu, no cesaba en su continuo aliento a los suyos, que miraban atónitos desde el césped donde, años más tarde, tocarían la gloria alzando una liga. Quien lo diría. En el mismo lugar donde lloraban de tristeza, años más tarde lo haría de alegría y siempre, respaldados por la afición. Porque si algo cabe destacar en este equipo, es el compromiso que tienen todos ganen o pierda.
Y por último, y para mí más emotivo, recordar el que refleja, de nuevo, que el Atleti no es un simple club y es, tras perder aquella dura segunda final de Champions, frente al mismo rival y de la forma más injusta que pueda conocer el fútbol. Pero eso es de lo que no hay que acordarse, ya que tras perder y mientras el conjunto blanco levantaba el título europeo, la afición con un dolor muy fuerte en ese corazón rojiblanco se pusieron a animar a sus jugadores, que no podían levantarse después de tan duro golpe. Y, sobretodo, a alguien que ayudó al equipo a estar en Milán aunque fallara el penalti, como fue Juanfran que, abatido, se acercó al fondo rojiblanco a pedir perdón por el penalti errado y fue, en ese preciso instante, cuando todos aquellos indios que se fueron a la ciudad italiana a animar a sus guerreros se pusieron en pie y empezaron a animar al lateral derecho, como si hubiese anotado aquel penalti y se acercara a ofrecerles la Copa. Y en parte, se la acercaba, les llevaba la Copa que más queremos, la del sentimiento.
Estos momentos son en los que demuestras que no es un equipo y una afición por separado, que cuando pierde la afición desaparecen, no. Esto es una familia donde van de la mano en todo momento, porque como dice aquel hincha rojiblanco «En las buenas te quiero, en las malas te amo». Por cosas como estás son las que hacen crecer a este club día a día y que esos guerreros que saltan cada domingo al terreno de juego se dejen todo lo que tienen por esta camiseta y por unos colores. Y es que, «a morir, los míos mueren».
