Pocas sensaciones hay más gratificantes que ver a tu equipo llevarse los tres puntos sobre la bocina, en una jugada de estrategia y habiendo jugado un partido tan falto de ideas. La situación futbolística del Atleti no podía ir a peor, pero a veces Simeone nos sorprende para sacar adelante, al menos, el resultado. En un encuentro marcado por un significativo lavado de cara de un Dépor con renovada y reconocible identidad, marcada por una línea defensiva con gran criterio de balón y un Fede Cartabia al que ni siquiera un gran Lucas pudo siempre frenar. Ante una convocatoria no exenta de bajas relevantes, las de Koke, Carrasco y Filipe, el ‘Cholo’ dispuso esta tarde un sistema algo distinto a lo que venía siendo habitual, que si bien no consiguió dominar con claridad durante tramos muy largos, si salió de Riazor con los 3 puntos.

Vamos con el equipo. Delante de Oblak hoy se posó una línea de cuatro en el inamovible 4-4-2 formada por Juanfran, Godín, Savic, muy correctos pese a que el internacional español no se mostró muy activo, y Lucas. Precisamente este último fue lo más destacado del encuentro por realizar una actuación muy distinta de lo habitual cuando se le encarga tapar el carril izquierdo. Hoy vimos al joven canterano muy justito atrás, gran parte de culpa debido a los pasillos de más de 5 metros que dejaban los pivotes sin cubrir. La otra parte, por las internadas de las bandas diestras del conjunto de A Coruña. Sin embargo, hoy hizo lo que siempre se le había achacado, cubrir todo el perfil izquierdo, otorgando al equipo una profundidad que hoy no encontraría en el medio debido al cuatrivote que impuso el míster. Tanta fue la proyección en ataque del francés que suya fue la galopada “maradoniana” que forzó la falta del gol. En la medular se dispuso una línea de cuatro muy plana, con Gabi y un ya recuperado Augusto en sala de máquinas, dejando a Saúl y Thomas en los costados, si bien jugaban mucho por dentro. El centro del campo sufrió múltiples cambios conforme se sucedían los cambios. Con las entradas de Gaitán y Gameiro para buscar el tanto, Saúl se desplazó hacia el medio con el sempiterno capitán, dejando su sitio al argentino. Posteriormente, suponiendo un toque de atención significativo, Antoine Griezmann dejó el verde para dar entrada a José María Giménez. El charrúa se situó unos metros por delante de los centrales para tapar el pasillo del que hablábamos antes, liberando así a Gabi y Saúl, que pudieron centrarse más en sus labores primarias. Poco tenemos que diseccionar ahora en el ataque. Un apático Correa, hoy delantero centro, no pudo borrar de nuevo la lamentable imagen de su acompañante. Antoine está gris. No se ofrece, no chuta a portería. Hoy encaró con éxito a su par una vez. Decepcionante, y parece que va para largo. Tampoco Gameiro pudo solucionar la ya crónica falta de gol, anotando uno en fuera de juego (aparentemente inexistente). La táctica, una de cal y otra de arena. La pizarra de laboratorio “cholista” volvió a suspender en los saques de esquina. Tanto a favor como en contra. Pero generó peligro en los libres (a priori) directos. Fue con un algo más que regular Gaitán colgando dos buenos balones tocaditos al área. Y la jugada del gol, una sutil dejada de Gabi para el zapatazo de Thomas.
En resumen, un Atlético de Madrid que sigue falto de juego y de gol hace las maletas para irse al parón de selecciones. Se va sin perder la comba con los de arriba, con muchas dudas, pero con los 3 puntos en el bolsillo y la figura de Thomas Partey creciendo por momentos.