Como era sabido por todos, hoy volvía la Europa League. Se jugó un partido el martes, sí, pero a nosotros lo que nos concierne es esto. Hoy, jueves 15 de febrero, comenzaba nuestro camino en esta bonita competición que tanto nos ha dado en el pasado y que tanto nos dará de aquí a final de temporada. Y Simeone no lo podía hacer con otra formación que no fuera la de siempre: nuestro 4-4-2. Pero no un 11 cualquiera, no, hoy nos faltaba Diego Costa en punta de ataque y la sorpresa, Moyá quien suplía el lugar de Jan Oblak para enfrentarnos en tierras nórdicas contra el Copenhague. El 11 de los nuestros era: Moyá bajo palos; línea defensiva para Juanfran, Godín, quien volvía 10 días después de partirse la cara por el equipo (literalmente) y confirmaba lo que ya todos sabíamos, que es un guerrero; Giménez y Lucas. La batuta en el medio era para Thomas y Saúl, con Koke y Correa en bandas; y arriba la dupla francesa, la doble G: Griezmann y Gameiro. Os diría el 11 del Copenhague, pero no iba a influir nada y menos en el artículo, así que mejor lo dejamos. Lo único destacable, su dibujo (4-4-2) y uno de sus arietes, Victor Fischer. También destaca la ausencia de Federico Santander, otro delantero que destacó en la pasada Libertadores y que llegaba en verano como la estrella de este equipo.

El partido comenzaba como cabía esperar, el Atlético de Madrid rondando el área rival y los daneses en su campo aguantando en bloque y regalando la posesión a los nuestros. Antes del 2′, Saúl tuvo la primera ocasión clara, que mandó por encima del arco de Olsen. A nuestro rival le costaba mucho cerrar las líneas y conseguíamos penetrar con facilidad. En el minuto 7, Griezmann remataba un esférico con la derecha y con rosca que se marchaba por la línea de fondo, pasando muy cerca de la portería. Los nórdicos nos cedían totalmente el balón, y lo estábamos aprovechando bien. El rival nos buscaba a la contra, pero sin éxito. La variable táctica más destacable de los del Cholo estaba siendo la incursión de los laterales en una posición mucho más adelantada que de costumbre, y los más destacados estaban siendo Correa y Griezmann, el francés sobretodo, mostrando su mejor nivel. De hecho, en el minuto 12 marró un mano a mano que podría habernos puesto por delante. Sin embargo, 2 minutos más tarde llegaba el palo, se adelantaba el Copenhague, con gol de Fischer. El esquema no cambiaba, nuestro planteamiento estaba siendo el mismo y, por fin, conseguíamos nuestro merecido gol. Griezmann ponía un centro medido para Saúl, que remataba a placer en el 20′. Los copenhaguenses molestaban arriba cada vez mejor, e incluso creaban algo de peligro, pero hasta entonces solventado bien por nuestra defensa. Y llegó el segundo a falta de 10 minutos para el final de la primera mitad. Jugada magistral de los rojiblancos en una combinación de Griezmann, Lucas y Gameiro que definía este último para poner el resultado justo en el Parken Stadion. Y nos íbamos al descanso con el 1-2.
Y comenzaba la segunda mitad. Con los mismos 22 protagonistas. La primera posesión fue para los nuestros, y al minuto ya generamos 2 ocasiones. Juanfran y Lucas jugaban ya de extremos, y Correa prácticamente conformaba la línea de ataque. El asedio era total a los nórdicos, un monólogo colchonero que buscaba cerrar el partido. El Copenhague llegaba esporádicamente a campo rival e intentaba estirarse. Carrasco ingresaba en el terreno de juego en detrimento de Ángel Correa, el belga se situaba en el flanco izquierdo. Por su parte, los daneses introducían al ya mencionado Santander, para buscar el empate. El cuadro colchonero bajaba, con el paso de los minutos, el ritmo con el que salimos. Yannick Carrasco tenía una ocasión clara para el 1-3, pero se marchó raso cerca del poste. A falta de 20 minutos, el Cholo hacía su 2º cambio: Vitolo por Gameiro. El esquema variaba, esta vez nos poníamos con un 4-2-3-1 un tanto difuso, con Vitolo en banda derecha (constantemente en movimiento) y Saúl de enganche por detrás de Antoine. Y en el mismo minuto, Griezmann rompía la eliminatoria. Definía a la perfección un pase al hueco de Carrasco para poner el 1-3. Simeone lo vio claro entonces y decidió introducir al terreno de juego a Gabi, en lugar de Koke, para contener el resultado, pero antes, y por si no era suficiente apareció Vitolo, completando el festival. Gol de un jugador que lo necesitaba como el pan de cada día. 1-4. Los últimos minutos fueron un mero trámite y el partido, así como la eliminatoria, sentenciada.