Día grande donde los haya. El Wanda Metropolitano acogía hoy el primer duelo copero de su historia ante un entusiasmado Elche al que, por otro lado, no le van muy bien las cosas en el Grupo 3 de Segunda B. Simeone eliminó varias piezas titulares para dar entrada a los que más confianza necesitan y a los que requieren que ésta continúe.
El planteamiento del partido no tiene mucha miga, pues salió como se preveía: un Atleti dominando la pelota, encerrando al rival en su campo, jugando a un ritmo apropiado para lo que se viene y poseyendo prácticamente todas las ocasiones que pudiesen generar peligro. Moyá no tuvo ni que estirarse siquiera para cazar alguna pelota que resultase una amenaza para su portería. Con un 4-4-2 muy claro y con pocas permutas entre la medular, los rojiblancos encontraron lagunas en la defensa ilicitana por todos lados. Ni siquiera un poco inspirado Lucas pecó de sumarse a la ofensiva colchonera cuando conducía el esférico. Thomas, en el perfil derecho, un cohete con dos direcciones. Su potencial físico no tiene techo. Savic y Giménez no tuvieron apenas trabajo, pero el uruguayo se erigió como una de las figuras del encuentro tras inaugurar la cuenta goleadora de la nueva casa en la competición favorita de su inquilino tras un centro de Gaitán, en un córner, que dio por bueno “JoseMa” al ver el error del portero franjiverde. En la sala de máquinas, Augusto como surtidor y Koke como solución a todo lo demás, se formó una pareja que dejó buenas sensaciones, especialmente el argentino, que va cogiendo ritmo de competición y en la noche de hoy se atrevió alguna vez a asomarse al balón del área para entregar el balón. En los costados, propiciando un dominio asfixiante cada vez que el equipo se asentaba en campo contrario, Gaitán y Carrasco. Yannick y Nico. El internacional belga fue muy intermitente, pero cuando la bombilla estaba encendida causó estragos en la defensa datilera, tanto que se llevó algún palo de más hasta el punto de provocar la única bronca del encuentro en el último cuarto de hora de partido. El ex del Benfica sigue siendo eso, el ex del Benfica. En ocasiones se deja ver y hace prueba de su indudable calidad, pero ocurre con tan poca frecuencia que ya se antoja imposible hacerle un hueco en el once para partidos de peso. Antes de pasar con lo bueno, citar que Thomas y Koke dejaron su sitio a Vrsaljko y Saúl, intercambiando dos merecidos descansos para Real Sociedad y Chelsea por un carril libre y un brazalete de capitán que entregó el vallecano a Torres. Vrsaljko que, por cierto, dejó una asistencia (?) para el 3-0.
Pues eso. Vamos a lo bueno. Torres en la punta de lanza fue la figura de la noche. Altruista como pocos con el síndrome del fracaso que padece el bueno de Vietto y oportunista como ninguno, el Niño de 33 años, rebaño un rechace de Vallejo a un golpeo seco de Carrasco para poner el segundo y, tras fallar lo que no se puede fallar, diciéndole de todo al césped y a su bota derecha, aprovechó otro error no forzado, esta vez de la zaga, para poner un balón exquisito en el tope de la red. Atención que viene. ¡Luciano Vietto! Creo que a quien haya visto el partido no le hará falta carta de presentación con respecto a lo que nos ha acontecido esta noche. Un joven argentino perdido y confuso en busca de un gol que no llegaba y tampoco se espera que llegue. Personalmente, mi pasatiempo durante los tramos monótonos y carentes de variantes consistió en contar las ocasiones de Luciano que pudo convertir y no hizo. Me quedé en once, pero seguro que alguno se esperaría que fuesen más. Contra todo y pese a ello, buen partido del equipo que ahora afronta una semana crucial para el resto de la temporada en la que veremos si se mantiene el 4-4-2 rotundo de hoy o, por el contrario, vemos a ese Atleti algo menos profundo pero con más sentido cuando tiene la pelota en los pies.