El Club Atlético de Madrid se medía esta fría tarde de sábado contra el Girona FC, uno de los equipos recién ascendidos, en el estadio Wanda Metropolitano. La jornada número 20 volvía a enfrentar a ambos conjuntos tras un empate agónico en la primera jornada de liga, donde los del ‘Cholo’ rescataron 1 punto tras ir perdiendo 2-0 contra los gerundenses. El cuadro catalán, que está siendo sin duda una de las revelaciones de La Liga, venía de cosechar 3 victorias en sus últimos 5 partidos, a destacar el último, que acabó con una apabullante victoria del Girona ante el colista de la clasificación, la UD Las Palmas, que recibió 6 goles en Montilivi. En total, los de Pablo Machín, llevan 7 victorias, 6 empates y otras 7 derrotas; y tras 20 jornadas ocupan la 8ª posición con 27 puntos, igualados con el Getafe CF, el Real Betis y el Eibar. Y el encuentro acabó de nuevo con un más que discreto empate a 1, con tantos de Griezmann y Portu, respectivamente.

Ambos equipos saltaban al terreno de juego sin aparentes novedades tácticas, ya que cabe señalar que sendos técnicos destacan por utilizar habitualmente el mismo planteamiento, y así fue. El Atleti salía con Oblak bajo palos; línea defensiva para Šime Vrsaljko, Savić, Giménez (que por fin volvía al 11 el día de su 23 cumpleaños) y Lucas; medular para Thomas y Saúl, con Yannick Carrasco y Correa en bandas; y punta de ataque para Griezmann y Diego Costa. Lo más destacado de los rojiblancos han sido las suplencias de Gabi y Koke, este último tras arrastrar 46 titularidades consecutivas; y Vitolo, quien inició en el banco tras su mal partido en Copa ante el Sevilla. Por su parte, Machín alineaba un reconocido 5-2-3, con Bono como guardameta, aunque el marroquí y ex-canterano atlético tuvo que ser sustituido tras un choque con Costa. Centro de la zaga para Ramalho, Bernardo y Juanpe; carriles para Aday Benítez y Mojica; sala de máquinas con Granell y Pere Pons; y Borja García, Portu y Olunga como referencias ofensivas. El técnico soriano iniciaba con Olunga, el ariete keniata que anotó un hat-trick la pasada jornada ante la sensible baja de Stuani.
Los del ‘Cholo’ mostraron su cara más reconocible en la primera parte, tras la dura derrota del miércoles y pese a la notable versión de los de Pablo Machín, que desplegaban un juego atrevido. Y lo hicieron con varias novedades, entre las más destacables podemos señalar la buena versión de Carrasco, la libertad de movimientos de Ángel Correa, que aparecía por ambas bandas e incluso por el medio, la acumulación de jugadores en 3/4 de campo, y el descomunal derroche físico de Vrsaljko, quien libró una vistosa batalla con el carrilero Mojica. Pero lo más destacado fue sin duda la conexión Costa-Griezmann-Correa, que volvió a dar sus frutos: el francés introducía en la portería de Bono un esférico cabeceado por el ’18’ en una jugada iniciada por el argentino. La primera mitad finalizó con normalidad y acabó con un resultado merecido de 1-0.
Sin embargo, todo eso cambió en la segunda mitad. Simeone decidió dar descanso al de Lagarto y lo sustituyó por Gameiro, quien estuvo totalmente desaparecido, para no perder las costumbres. Minutos más tarde hacía lo mismo con Antoine, introduciendo a Koke en su lugar y situándolo entre los dos centrocampistas, lo dejaba entrever que Simeone no buscaba cerrar el partido y sí aguantar el resultado, para seguir manteniendo las costumbres. Oblak volvía a salvarnos. A continuación, llegó el empate por medio de Portu. El ‘Cholo’ decidió entonces, y solo entonces, ir a por el partido y metió a Vitolo, prescindiendo de Vrsaljko. El dibujo cambiaba a un 3-4-3, con un Vitolo cambiando constantemente de banda pero igualmente desacertado, y con continuados intentos por volver a ponernos por delante en el luminoso. El constante ataque de los nuestros proseguía, pero de manera desacertada y ante un muy bien cerrado Girona, con casi 7 hombres atrás y que buscaba la contra. Los últimos 7 minutos fueron intrascendentes y una vez más nos volvimos a dejar 2 puntos en un partido clave para la persecución del líder.