El de hoy ha sido un partido el cual será recordado por los goles anotados. De los pocos encuentros de esta temporada en que los tantos son obra de dos delanteros. Primero Antoine Griezmann y después Kevin Gameiro fueron los grandes protagonistas de las dos jugadas que subieron una unidad al marcador electrónico del Metropolitano al grito de ‘¡GOL!’ por la afición colchonera. No fue otro que Diego Pablo Simeone quien colocó una alineación sobre el campo madrileño con once jugadores de los cuales cinco llamaban algo la atención.

¿Por qué digo esto? Porque tan solo los «futurólogos» del deporte rey sabrían decir un día antes del partido que Thomas Partey jugaría de lateral derecho, o que Fernando Torres compartiría delantera con Antoine, o que Augusto partiría de titular en la medular o que ‘El Faraón’ Diego Roberto Godín vería el choque desde el banco. Un partido donde nos jugábamos tanto como seguir vivos, levemente pero vivos en Champions. Seguimos sin depender de nosotros mismos ante el Chelsea en Stamford Bridge pero con la buena noticia de que dos de nuestros delanteros se han reencontrado con el gol. Dicho esto pues, comencemos con los guerreros que eligió Simeone para enfrentarse a la Roma. Como siempre Jan Oblak parte bajo palos. El esloveno, no hace falta que lo diga, es indiscutible para ‘El Cholo’ y hoy ha demostrado que la seguridad que emana de sus poros es la que luego respiran sus diez aliados en el terreno de juego cuando el equipo rival trata de marcar la diferencia. No tuvo prácticamente trabajo pero detuvo y aseguro bajo sus brazos cada balón que lo requería. En defensa, hoy, la línea de cuatro que formó el técnico argentino fue un tanto extraña. Unas molestias de última hora de Juanfran hicieron que Simeone tuviera que reinventarse y colocar en el lateral derecho a Thomas. El africano se vio claramente superado (sobre todo en los primeros 45 minutos) por Perotti. El ex del Sevilla desbordaba una y otra vez al ghanés, sin embargo en la segunda parte, Simeone le dio algo de libertad para combinar en ataque con los medios. Ahí sí que está en su salsa Partey. Giménez fue el encargado de hacer las coberturas cuando Thomas era regateado en esa banda derecha. Una noche más el uruguayo demostró que para él siempre habrán minutos en el Atleti. Su pareja de baile, Dzeko, no pudo ganar ni un solo duelo en ataque ya que Lucas estuvo ayudando al charrúa durante los 90 minutos. El francés es otro que crece a pasos agigantados. Por el otro costado, Filipe Luis. El brasileño poco a poco deberá recuperar su nivel. Sin prisa pero sin pausa.
Dicho esto, en el medio del campo serían Saúl y Augusto los que equilibrarían dicha zona. Koke les ayudaría a sacar el balón dando al Atleti superioridad en el círculo central del campo. No obstante, el partido de Nainggolan complicó algo la vida a nuestros futbolistas. El belga es un centro campista todo terreno y hoy demostró el gran nivel que disfruta. El canterano madrileño es una pieza fundamental en el equipo de Simeone y este lo sabe. Carrasco fue quien partiría de extremo. Allí donde no estuviese Koke cuando atacábamos sería la posición del belga. Más adelante esperarían Griezmann y Torres, sin embargo, ese 4-4-2 que parece ser que se dibujaba, se transformaba en 4-2-3-1 cuando Antoine bajaba a recibir la pelota a tres cuartos de campo, dejando al de Fuenlabrada como único punta. El equipo se atascaba, no tenía ideas y el Cholo volvió a actuar. ¡Qué coraje! ¡Qué visión! ¡Qué confianza! ¡Qué Cholismo! Era el turno de Correa, el turno de Gabi y el turno de Gameiro. Diego Pablo tiraba la casa por la ventana y se iba a por el partido. ¡Qué remedio!, dirán algunos. Sí pero, ¿qué pasaría si no saliese bien? ¿Pedirían la cabeza del gran artífice? Nunca lo sabremos, al menos hoy. Las decisiones del mejor entrenador del último lustro dieron vida a un Atlético de Madrid que, pese a todo, depende de lo que haga el rival de hoy ante el Qarabag en la ciudad romana siempre y cuando ganemos al Chelsea en Londres el próximo 5 de diciembre. ¡Vamos Diego! ¡Vamos Atleti!