El Atlético de Madrid afrontaba en Montilivi el primer partido oficial de la temporada 17/18 después de una gran puesta a punto en la que no conocieron la derrota. Varias fueron las variaciones que se dieron durante Julio y Agosto, algo que hacía presagiar varios cambios con respecto a la temporada pasada y es que la sanción FIFA obligará a Simeone volver a reinventarse. Sin poder fichar el equipo viajó con bajas notables como Godín y Filipe Luis, algo que provocó la presencia de Sergi en su primera convocatoria oficial con el primer equipo tras cuajar una muy buena pretemporada. El Girona, un equipo bueno tácticamente, iba a plantar cara a un Atleti que no mostró la solidez que lo caracteriza. Todo ello desde las 20:15h del sábado.

Diego Pablo Simeone partió con una defensa de cuatro mientras que Machín, su homólogo en el otro banquillo, partía con una defensa de tres y dos carrileros largos. El ‘Cholo’ partió con: Oblak, Juanfran, Giménez, Sávic, Lucas, Koke, Gabi, Saúl, Carrasco, Griezmann y Fernando Torres. Un 4-4-2 clásico en Simeone y su cuerpo técnico con la presencia de Koke en el doble pivote junto a Gabi, perdiendo poderío defensivamente hablando pero en busca de conectar en mayor calidad y cantidad con los hombres de arriba. Mientras, en las bandas, Saúl se repartía el juego por la derecha y Carrasco por la izquierda. Arriba partía la que será, a priori, la pareja titular: Torres – Griezmann. Mientras que con Koke se buscaba esa conexión con la parte de arriba, con Saúl, a priori, buscaba llegada y pegada, al igual que ayudas a Juanfran. Mientras, de Carrasco, se esperaba esa chispa y desborde visto durante toda la pretemporada. Atrás Giménez y Savic, pese a buscar el bien del equipo, tendrían la oportunidad de reivindicarse para dar a entender a Simeone que uno de los dos está a mejor nivel que el otro para acompañar a Godín, quien no jugó por sanción. Del banquillo, viendo la situación del encuentro, partieron Correa, Gaitán y Vietto.
Arrancó el primer tiempo en Montilivi con el 4-4-2 esperado y con Saúl y Carrasco por la derecha e izquierda respectivamente. Tras el mal inicio de partido y el buen hacer del Girona quien se encontraba mejor plantado en el terreno, recortando metros al Atleti y con la posesión del esférico, el Cholo decidió recolocar el centro del campo. Koke pasó a la izquierda, Carrasco a la derecha y por detrimento Saúl bajó al medio del campo donde acompañó a Gabi. Con ello Simeone buscaba mantener la pelota y una solidez defensiva con Saúl, algo que con Koke sabía que no iba a encontrar. Pese a este cambio táctico el argentino no dio con la tecla y en dos balones parados el Girona se adelantó. Todos por la banda derecha y es que Juanfran fue avasallado de forma constante. Entre que el de Crevillente no encontró su mejor versión, el equipo no dio la talla y apenas recibió ayudas, Juanfran no consiguió parar en ningún momento a Aday y Borja García. A su vez Savic, a priori titular con Godín, no consiguió evitar el primer tanto de Stuani que remató en su espalda, y el segundo en el cual el uruguayo anotó solo en el borde del área pequeña. Nada salía al cuadro de la capital de España y eso a Simeone le preocupaba. La línea defensiva no mostraba solidez, el centro del campo no aseguraba atrás ni conectaba con la delantera y los laterales no llegaban con profundidad ayudando así a los extremos, mientras estos a su vez apenas hacían la cobertura a sus laterales en tareas defensivas. Una primera parte para el olvido en la que seguro Simeone no se verá reflejado.
Ya en la segunda mitad, con un Atleti mejor, Simeone probó durante unos minutos un 4-1-3-2 que dio seguridad y poderío arriba al equipo, todo ello sin fortuna de cara a portería. Gabi se situó como mediocentro defensivo por delante de la línea de cuatro y Koke repartía juego más adelantado flanqueado por Saúl y Carrasco, todo ello en tareas ofensivas. En defensa se replegaban y volvían al 4-4-2 típico. Con media hora de partido por delante y la entrada de Correa en lugar de Juanfran el Cholo situó una línea de 3 con Saúl y Carrasco como carrileros. El Atleti necesitaba sí o sí anotar el primero. Pero ni diez minutos después se le trastocaban los planes, Griezmann expulsado. Pese a ello dio paso a Gaitán y Vietto, dejando claro que buscaba el empate y colocando a Koke y a Saúl como mediocentros. Con el ímpetu colchonero y el cansancio del Girona el encuentro se rompió y Correa, con una jugada en solitario rompió las líneas defensivas catalanas y puso el primero. Minutos más tarde Giménez, con un cabezazo perfecto, puso el empate que se quedó hasta el final en el marcador. Mientras tanto el Girona intentó reaccionar pero Oblak, de forma increíble y como ya tiene acostumbrado a sus seguidores, atajó una mano cuando el balón ya lo había sobrepasado. San Oblak y no Jan Oblak lo llamarán los atléticos a partir de ahora.
Parece que Koke en el medio no dio los frutos esperados en un partido donde nada salió como se esperaba. Un equipo con juego de sobra pero que se vio errático y parado, sin movilidad por delante de balón y con mucho espacio entre medios y delanteros, algo que provocó que apenas llegaran balones al área de Gorka Iraizoz. Pese a ello, el Atleti supo reaccionar y consiguió sacar un importante punto en un partido que parecía acabado en el descanso.

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