MiguOtro año más, el mejor Atleti defensivo aparece. Vuelve a resurgir ese Cholismo que nunca se fue, ese Cholismo que nos corre por las venas y nos saca esa sonrisa de marcar el 1-0 y saber casi, sobre seguro, que no nos meterán gol. Parece que este Atleti era diferente, que había cambiado su filosofía, o eso decían algunos “expertos”, pero parece que una vez más esos “expertos” no llevaban razón. La única diferencia es que en esta temporada el Villareal ha conseguido empatar al Atlético de Madrid, en su terreno, tras el mal inicio de temporada. Otra vez una cifra escalofriante, escandalosa para unos e imposibles para otros, en 29 partidos tan solo le han encajado a Oblak y Moyá 23 goles, consiguiendo dejar la portería a cero un total de 15 veces.

Vrsaljko, Godín, Savic, Lucas, Giménez y Filipe han realizado otra vez, otro año más, un trabajo fundamental en su zaga. Han protegido su casa como si no hubiera un mañana. Claramente los méritos no son sólo de la defensa, sino que los porteros tienen mucho que ver en esto. Primero Oblak, hasta su lesión en la que más de un atlético se llevo las manos a la cabeza sin acordarse de él, de Miguel Ángel Moyá. Fue su momento de reivindicación y la aprovechó muy bien. Al recuperarse Oblak, Moyá ya sabía lo que le tocaba, vuelta al banquillo y a volver a asumir su rol de portero suplente.
Sin duda alguna, culpa de haber conseguido esto otra vez, no es solo de la defensa o porteros, ni del centro del campo o delantera, la culpa de hacerlo, por quinto año consecutivo, es de Don Diego Pablo Simeone y su cuerpo técnico. Estos obligan a todos a defender. Si no defiendes, no tienes hueco en la plantilla de el Cholo. El mismo Yannick Ferreira Carrasco lo admitió en un post-partido, señalando que “defiendo mucho más que antes”, de ahí que juegue de titular. Otro gran ejemplo sería Antoine Griezmann. El francés es ese delantero que baja en un contrataque rival y que corta una jugada cual defensa, en una acción clara de peligro rival. Así se ha forjado la estrella que es, con defensa, jugando para el equipo y no al revés como en otros equipos, que son incapaces de conseguir este récord.
Yo, como futbolero, y atlético, sobre todo atlético, doy las gracias a Diego Pablo por esto. Gracias por hacerme ver que en el fútbol se puede ganar con defensa. Gracias por enseñarnos a ser fieles a unos ideales, a ese “Nunca dejes de creer”, a estos colores y a su mera filosofía. Gracias Cholo por hacernos llorar de alegría, por enseñarnos a levantarnos de cada golpe más fuerte que nunca. Gracias por inculcarnos, en cinco años, esta filosofía y a no olvidarnos de la del eterno “8”. Ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Eso es el fútbol, ya sea al toque, con defensa o por las bandas.