Cuando decimos Atlético de Madrid, una de las imágenes que se nos viene a la cabeza es la de un joven de 25 años. Un joven llamado Jorge Resurrección, más conocido como Koke. Es uno de los estandartes de la plantilla, un fijo en los esquemas de Simeone desde hace ya varias temporadas. Ha empezado el campeonato como siempre. Es el encargado de iniciar una acción de ataque generando juego, sacando el balón de atrás o dando el último pase. A todo esto tenemos que añadir su aportación goleadora con 2 tantos, algo que este año por desgracia está costando mucho más a los rojiblancos. Tampoco nos podemos olvidar de mencionar que es el jugador que más corre del equipo. No lo dice un seguidor, lo marcan las estadísticas. Su media llega a los casi 12 kilómetros por partido, una auténtica barbaridad.

Por desgracia desde el pasado 14 de octubre, el Cholo no puede contar con él. Lo que parecía un simple golpe, se ha tornado en algo más complicado. ¿Consecuencia? Al equipo le cuesta una barbaridad dar ese último pase que deje solo al delantero, no posee esa oxigenación con el movimiento que genera el vallecano y ese peligro a balón parado cuando la pone en los tiros libres… Se ha visto contra el Qarabag y Villarreal, por ejemplo, con un claro dominio del esférico sin un premio mayor.
Aun así, no todo van a ser malas noticias. El parón a consecuencia de los partidos internacionales está sirviendo para que Koke se haya reincorporado al grupo este mismo jueves donde se entrenó al mismo ritmo que sus compañeros. Esto hace presuponer que será de la partida en el derbi del día 18 de noviembre ante el Real Madrid.
En conclusión, el Atlético de Madrid es mucho más sólido con el canterano en el terreno de juego. Ya sólo nos queda contar los días para que reaparezca en el mejor escenario posible, el Metropolitano y contra el eterno rival. Una presencia capital para Simeone. Koke, capital para el Cholo.