Antoine Griezmann acudió a la habitual entrevista post-partido que realizan los compañeros de Bein Sport en los partidos de La Liga. El equipo colchonero venció en un partido muy trabado con mucha intensidad’, todo muy Atlético de Madrid. El gol fue del protagonista de la entrevista, el crack francés apareció como hacen los más grandes para desequilibrar la balanza en el momento justo para que su equipo se llevara los tres puntos rumbo a la Ribera del Manzanares. Y como estrella del partido fue el encargado de ir a zona mixta para atender a los medios de comunicación.
Lo primero que hizo fue analizar el partido disputado en el que tanto han padecido durante los noventa minutos del encuentro en el RCDE Stadium “Sabíamos que íbamos a sufrir. Es un equipo fuerte en casa. Lo hemos intentado hasta el final y luego hemos aguantado el resultado”, además habló sobre el tono físico del equipo en el día de hoy ya que se notaba que no estaban en plenitud física debido a la acumulación de encuentros “Hay partidos en los que cuesta más. Lo importante eran los tres puntos. Ahora tenemos que pensar en el Villarreal”.
Y ahí se acabó la entrevista. Antoine se fue y no volvió. Harto de la caverna blanca que le persigue cuando un derbi está cerca, el francés decidió marchar tras una pregunta sobre su futuro. Sin palabras, sin ningún gesto, fue más claro que ninguno. Simplemente un genio, en el campo y en lo que no es el campo. Un dardo envenenado para todos aquellos pseudoperiodistas que quieren desestabilizar a un grupo y a una serie de futbolistas unidos por un líder común. Para ratificar su unión actual y su unión futura apareció el más listo de la clase, el más rebelde, que con esa acción de crack nos unió más que nunca.
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