Foto: VAMOS
El pasado domingo el Atlético de Madrid perdió dos puntos en el empate ante el Betis, en un día donde se mereció más. Tras el partido, y más allá del punto y las lesiones de Joao Félix y Trippier, dos imágenes dieron que hablar. Uno de los más destacados del encuentro, Ángel Correa, se marchó abrazado y arropado por Simeone tras las dos ocasiones erradas por el argentino. Correa, que lo dio todo sobre el verde, pudo conseguir los tres puntos pero acabó topándose con Claudio Bravos en dos mano a mano que pudieron dar la victoria al Atleti. Pero no solo eso. Además del sufrimiento de Correa, el defensor José María Giménez se mostró destrozado tras el pitido final del encuentro ante el Betis.
El charrúa se echó la camiseta a la cara y después se sentó en las gradas de Villamarín, mirando a la nada. Sabía que el Atleti había perdido todo el colchón en la lucha por la Liga. Todo después de un partido en el que el equipo lo dejó todo por conseguir los tres puntos. Sin embargo, mostró el sentimiento que cualquier seguidor atlético puede mostrar. Giménez, tras el pitido final ante el Betis, era un seguidor del Atlético de Madrid más.
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