
Durísimo encuentro el que se iba a vivir en la tarde del domingo entre dos aspirantes a la tercera plaza. Una vez más, y por cuarta vez consecutiva, la parroquia rojiblanca llenaba el Calderón en un día de los que marcan, el día del padre. El Vicente Calderón recibía a su equipo con un tifo que rezaba: «De padres a hijos» y no era para menos, esto es un sentimiento que se transmite de padres a hijos.
Comenzó el encuentro en el Vicente Calderón con un Atleti profundo que buscó la portería de Sergio Rico desde el primer minuto. En la primera acción ofensiva Vrsaljko llegó hasta la línea de fondo y en la contra, cuando recuperaba posición, calló al suelo y pidió el cambio mientras se tocaba la rodilla. Simeone debía hacer el primer cambio y daba paso a Juanfran, que llegaba a los 200 partidos en Liga con la zamarra rojiblanca. La grada no dejaba de animar ante un Atleti intenso y que no dejaba salir jugado a un Sevilla que proponía mover el balón mientras que esperaba atrás las posesiones largas colchoneras. En el doce de la primera llegó la primera clara cuando tras un balón filtrado Gameiro se plantó en el área de Sergio Rico, escorado, y tras picarla el meta andaluz sacó una mano mandando el balón al larguero de su portería. El francés no conseguía reencontrarse con el gol ante su ex equipo. Los primeros veinte minutos estuvieron marcados por una gran presión de los colchoneros ante un Sevilla que esperaba atrás y demostrando que el empate era bueno para ellos. Con el paso de los minutos los de Sampaoli buscaron hacerse con la posesión y tras un pase en profundidad buscando la contra el Atleti Carrasco fue derribado por Escudero, que vio la priemra amarilla del encuentro. La afición apretaba en la ribera del Manzanares en un partido que, exceptuando la ocasión de Gameiro, había contado con contadas ocasiones de peligro ante ninguna de las dos metas.
Llegada la media hora de juego el Atleti ejercía una gran presión en la salida del balón del conjunto hispalense, al que le costaba acercarse a la meta defendida por Oblak. Mientras, los de Simeone buscaban hacer daño a la contra con las transiciones rápidas de Carrasco y la dupla francesa hoy titular. Llegó el susto al Calderón cuando tras un error, Ben Yedder se coló en el área de Oblak al que no consiguió batir y dejándose caer en una acción en la que Gil Manzanano no picó, pero que tampoco mostró la cartulina amarilla ante un intento de engaño al colegiado de la contienda. En la siguiente jugada un balón largo a Carrasco parecía dejar en una muy buena posición al belga que fue derribado en el borde del área. Quien nos iba a decir que contra el Sevilla, un gran conjunto en las acciones aéreas, el conjunto de Simeone iba a sacar a pasear su arma más letal: el balón parado, un arma algo desaparecido en lo que va de temporada. Y el de siempre, Diego Godín, remató sólo en el punto de penalti para hacer el primero ante la locura del Vicente Calderón. Los de Simeone se adelantaban de forma justa en el marcador. Tras el tanto, en una buena transición de los de Sampaoli, Filipe Luis derribó a Nasri que se perfilaba hacia a la frontal y vio la amarilla. El Sevilla iba a contar con una peligrosa falta que finalmente se topó con la barrera. Cuando la primera mitad parecía estar finalizada Griezmann, de nuevo tras un balón parado, remató en el primera palo a punto de hacer el segundo. El Atleti tenía claro que el encuentro era una final y así lo estaban disputando. Así se marchó el encuentro al descanso, con un Sevilla que tras el primer gol fue en busca del empate sin ocasiones claras.
La segunda mitad comenzó con un cambio en las filas de Sampoli, volviendo a la linea de cuatro atrás tras retirar a Lenglet y dar paso a Jovetic. La segunda mitad comenzó vibrante con una ocasión clara para Sarabia, que tras un gran remate de tacón apenas puso en apuros a Oblak que atrapó sin problemas. En la posterior jugada, Griezmann y Carrasco combinaron en la frontal del área pero el belga se precipitó y decidió tirar cuando tenía a Griezmann en una posición mejor de cara al gol. El encuentro estaba emocionante y Gameiro, tras compenetrarse a la perfección con su compatriota Griezmann se la dejó y el principito remató fuera ante la gran salida de Sergio Rico. Al igual que las tenía el Atleti, el Sevilla contaba con oportunidades para poner el empate y tras un centro lateral, el corazón de los presentes se paró cuando el esférico se paseó por el área pequeña sin que nadie despejara lejos de la meta de Oblak. Carrasco estaba enchufado y muy activo en el encuentro, mostrando una de sus mejores versiones, y tras un gran pase filtrado le dejó sólo a Gameiro que no consiguió rematar ante Sergio Rico. Pese a las ocasiones para ambos equipos, el Atleti estaba jugando muy bien y buscaba el segundo tanto. La afición apretaba y no dejaba a los suyos en ningún momento cuando Mercado derribó a un jugador rojiblanco en la frontal y el segundo se mascaba en las entrañas del Calderón. Griezmann se la colocó, se perfiló, la pegó y… ¡GOOOL! El principito volvía a hacer magia y la colocaba a la misma escuadra, donde Sergio Rico no podía llegar. El segundo llegaba al marcador y el Calderón rugía.
Simeone, justo después del segundo tanto, retiró a un ovacionado Gameiro y dio paso a Fernando José Torres Sanz, que reaparecía tras el susto de Riazor. El Vicente Calderón estaba de fiesta y quería llevar en volandas a los suyos, con un Simeone que no para de arengar a los suyos. Con el segundo el Sevilla buscó igualar el gol average con un tanto y se hizo con la posesión del esférico, pero el Atleti buscó seguir aumentando el marcador y los Torres (Juanfran y ‘El Niño’) se entendieron y el lateral de Crevillente la dejó atrás en un pase de la muerte que mató Koke para hacer el tercero. El Calderón retumbaba y el Atleti bailaba al ritmo de Simeone, que había ganado en el planteamiento a su compatriota Sampaoli. Ya lo dice el refrán: «Quien no conoce a Dios, a cualquier santo le reza». Los minutos pasaban, la afición disfrutaba y el Atleti ganaba en un partido que pasará a la historia por el partidazo de los de Simeone, otro más, en un final en la que iban a recortar dos puntos a un Sevilla tocado. Pudo llegar el cuarto cuando Torres recibió en el área, controló con el pecho y la pegó, pero Sergio Rico blocó y la sacó bajo los palos. La fiesta continuaba y de nuevo Torres, tras un gran pase filtrado, recibió y buscó picarla por encima del meta hispalense, que adivinó la acción del de Fuenlabrada. Mientras tanto, después de que Torres fuese derribado en el centro del campo el colegiado le amonestó por protestar y se montó una pequeña tangana que acabó sin amonsteaciones. Simeone decidió mover ficha y retiro a un gran Yannick Carrasco en sustitución de Nico Gaitán. En la siguiente acción, tras una contra rápida, Correa se lo guisó y se lo comió, y tras una gran jugada batió a Oblak poniendo el 3 a 1 y poniendo en peligro el gol average (en el Sánchez-Pizjuán el resultado fue de 1 a 0). El partido estaba emocionante y el Sevilla lo intentaba con centros laterales buscando a las «torres» que habían colocado en el área de Oblak. En una gran transición rápida, con la presión de Simeone por la banda, Gaitán vio llegar sólo a Koke, que con «el agua al cuello» remató centrado y Sergio Rico consiguió blocar en dos tiempos. Llegó el tiempo de descuento, Simeone pedía el final y la afición presionaba ante la larga posesión del conjunto sevillano que acabó en un fuera de juego. El Atleti jugó, el Atleti peleó, el Atleti… EL ATLETI FUE EL ATLETI.
Los de Simeone conseguían así sumar tres puntos en una jornada más que importante, donde recortó tres puntos al Sevilla y le metió tres a sus dos perseguidores natos, el Villarreal y la Real Sociedad. Con ello, el Atleti llega al parón de selecciones en su mejor versión y pensando ya en el próximo partido, el día 4 de abril frente al Málaga en La Rosaleda.