El Atlético de Madrid confirmó este miércoles que Jan Oblak, guardameta del conjunto rojiblanco, había pasado por el quirófano debido a la lesión sufrida en El Madrigal, en el encuentro que les enfrenteba frente al Villarreal de Escribá. Según el parte médico del hospital King Edward VII de Londres, donde fue intervenido, el portero esloveno se sometió a ‘una cirugía artroscópica de hombro izquierdo para llevar a cabo una reparación del rodete glenoideo con buen resultado y estabilización de la articulación del hombro’. El parte médico, complicado de entender para el no tenga conocimientos de medicina, lo vamos a explicar gracias a la ayuda de Ismael, fisioterapia de Sanui Center.

Esta lesión es una lesión de hombro de tipo SLAP, en la que un tendón (posiblemente el bíceps) tira mucho del rodete gleonideo, que es una especie de cartílago, que hace más amplia y más congruente la articulación del hombro, del húmero con la escápula. Por lo tanto, al tirar demasiado y no ser un hueso, sino que es una estructura cartilaginosa la acaba rompiendo. Es una lesión complicada y de recuperación lenta.
Esta lesión, sufrida por Oblak al intentar despejar un balón en la jugada del segundo tanto del Villarreal, se puede dar, por poner un ejemplo que pueda pasar más habitualmente, cuando alguien se cuelga de una barra o hace un mal gesto y se queda colgando con un brazo. En resumen, es una lesión de tracción y arrancamiento del rodete glenoideo.
Según hemos podido conocer, y se ha dicho según se conoció la lesión de Oblak, con una buena recuperación el guardameta estaría de baja entre tres y cuatro meses, pudiéndose complicar y alargándose hasta final de temporada en el peor de los casos. Entendemos, y conociendo el parte médico del club (escaso), los dos meses que ha estimado el representante de Oblak sería poco tiempo para una lesión de este calibre, en una posición como es la de portero.
