Que semana hemos pasado. Bendita semana rojiblanca. El Atlético de Madrid está feliz, su gente está feliz, sus futbolistas felices y su pastor disfrutando del circo romano colchonero. Todo ideal. Todo perfecto. El Atleti venía de dos empates consecutivos ante Valencia CF y AS Roma, a partir de esos dos empates se empezó a desarrollar el estado de felicidad en la parroquia rojiblanca.
Esperaba el Málaga CF en el estreno del Metropolitano. El inaugurar una nueva casa ya es motivo de ilusión, de alegría y de satisfacción, por tanto la victoria era fundamental para que se desarrolle una mística especial en el entorno colchonero. La gente salía contenta como un niño con su juguete nuevo. Ilusionados. Comenzaba la felicidad. Antes del encuentro intersemanal se producía otra noticia positiva para el Atlético de Madrid. El nuevo estadio, el Wanda Metropolitano, era designado como escenario de la final de la Champions League de la 18/19. Una buena noticia para los dirigente y una motivación para los miembros de la plantilla rojiblanca. Entre los aficionados más indiferencia pero persistía esa ilusión que afloraba en la cúpula del club. Seguimos sumando.
Llegaba un duelo de extremada complicación en el nuevo San Mamés ante un Athletic que había recibido un solo gol y estaba en la parte alta de la tabla. Complicado. El Atleti realizó un gran partido y vendió 1-2. Sensaciones muy buenas, dos victorias consecutivas y encima pinchaba el Madrid. Día perfecto. Al día siguiente sucedía lo que todos querían, llegaba Diego Costa, el ídolo, el deseado y el delantero que quería Simeone. Estallaba la afición de júbilo. Noticia esperada pero no menos anhelada por ello. Al día siguiente llegaba a Madrid, estaba siendo una semana ideal, solo faltaba rematar con un triunfo ante el Sevilla FC en el segundo encuentro del Metropolitano y con Diego Costa en el campo. La victoria llegaba, 2-0, se cumplía la semana perfecta. Tres victorias, llega Costa y el nuevo estadio será sede de la final de la Champions 2019. Se declara el estado de felicidad en el Atlético de Madrid.
