
La afición del Atlético celebra la victoria ante el Sevilla en La Liga | Foto: Fran Santiago/Getty Images
El triunfo era más necesario después de los pinchazos de Madrid y Barcelona. Importante era creer hasta el final y se hizo. El Atlético remontó con fe ante el Sevilla, logramos los tres puntos y la Liga no está del todo resuelta desde la perspectiva rojiblanca. Aunque solo quede un uno por ciento de posibilidades, hay donde agarrarse.
Primera mitad en donde pronto aparecieron los fantasmas para el Atleti, con un arranque impetuoso del conjunto hispalense, queriendo dominar y golpeando muy pronto. Fue en el minuto siete de partido, en una jugada por la banda izquierda del equipo de Nervión, que tras centro al área y rechace en la frontal del área, Agoumé impacto con el balón de una forma magistral, muy ajustado al palo izquierdo de la portería de Oblak, haciendo inútil la estirada del esloveno.
Un gol que dejaba la baja de Vargas, al no poder seguir el jugador suizo del Sevilla, que se lesionó en la jugada del gol. De este modo, teníamos un arranque pésimo, que enfriaba los ánimos de los aficionados rojiblancos, tras ver como habían pinchado en la jornada de ayer tanto blancos como azulgranas.
A partir del ahí, el gran arranque de partido de los locales se enfrió y los del Cholo Simeone tomaron un poco más el control del balón y de la iniciativa ofensiva, lo que nos llevó a tener opciones de gol a pies de Nahuel Molina, que cruzó demasiado el balón ante el guardameta sevillista, en un disparo en área. Aunque fue lo único positivo del argentino, que menudo bochorno de partido.
Antesala de la acción determinante para el Atleti en la primera mitad, no sin antes aguantar la respiración con la acción de Ejuke ante Oblak, que bien pudo ser el segundo gol del Sevilla. Pero no se dio y en el minuto 23, en una jugada en la que el Atleti conducía el balón hasta el interior del área, con un Gallagher que controlaba el balón para terminar siendo derribado por Badé, en un penalti claro que pitó sin dudar Soto Grado.
Julián Álvarez ejecutó el penalti a la perfección y el empate llegaba al marcador, dejando una dinámica distinta a lo vivido en jornadas anteriores de Liga, donde eran los pupilos del Cholo quienes se adelantaban en el marcador, viendo como se esfumaba esa ventaja.
Poco peligro claro creo el Atlético, aunque trató de llegar al área del Sevilla, hasta casi el final de la primera mitad, donde una contra muy bien ejecutada llevó a Gallagher a línea de fondo, que no encontró a Griezmann y a la Araña Alvarez en área.
Volver a sonreír, no sin sufrir
En la segunda mitad llegaron los cambios, con la entrada en el campo de Javi Galán, Sørloth, Riquelme y especialmente de Koke, que volvia a los terrenos de juego desde el pasado 15 de febrero.
El control y el dominio del Atlético fue mucho más decisivo para los rojiblancos, que demostraron querer más los tres puntos. Cerca estuvo Riquelme de lograr el segundo, así como Gallagher (que hizo un buen partido), que no estuvo preciso otra vez en una contra que no pudo conectar con Riquelme, del mismo modo que no pudo hacerlo en el final de la primera mitad, en lo que era una ocasión clara.
Dejaba el inglés el terreno de juego en el minuto 77, por Thomas Lemar que volvía a tener una nueva oportunidad. Alguna opción también tuvo el Sevilla, sobre todo a balón parado. Pero no tuvieron éxito, y llegó un arreón final del Atleti que no se conformaba con el punto que señalaba el marcador.
Y fruto de ese empujón, fe y pundonor, al igual que ocurriese en la primera vuelta frente a los de Nervión, Pablo Barrios logró un gol, tras una conducción desde el centro del campo, hasta la frontal, definiendo él mismo lamiendo el palo derecho de la portería del Sevilla.
Un gol que llegaba tras una sequía de Barrios, que no marcaba desde el partido de Champions ante la Lazio en la pasada temporada. Gran triunfo del Atlético, fruto de la fe y el trabajo, que llega de nuevo en la recta final del partido de Liga y dejando las esperanzas por todo lo alto después de ganar al Sevilla.
Como siempre… subir y bajar de las nubes. Hoy toca la moral arriba.