
Foto: Club Atlético de Madrid
El Atleti acabó ganando pero las malas sensaciones del inicio de temporada se dejaron ver en la primera hora de juego ante la Ponferradina. Un día donde solo comparecieron los jóvenes jugadores del filial, que dieron la vuelta al partido en diez minutos, con intensidad y ganas.
Turno para volver a coger ritmo de competición, en un amistoso ante la Ponferradina en el que el Atleti viajaba solo con un mundialista y una gran cantidad de canteranos. Sin embargo, el Cholo Simeone dejó claro con su alineación que el objetivo es empezar a mejorar la versión vista durante el inicio de la competición. Y es que hasta siete jugadores eran del primer equipo, Carrasco uno de ellos y único representante que estuvo en la Copa del Mundo. Pero parecía, quisiéramos pensar que es por la falta de ritmo, que podría ser cualquiera que hubiera decidido pasarse por El Toralín a echar una pachanga. Y en el ecuador de la primera mitad, Naranjo advirtió con una falta directa que salvó Oblak con una gran parada.
Pero a la media hora de juego nada pudo hacer el esloveno. Balón a la espalda de la defensa, muy adelanta, y Heri Tavares solo se plantó en el área y batió a Oblak. Se ponía por delante el cuadro de El Bierzo, con un gol donde Savic perdió su marca y Hermoso no llegó a la cobertura para evitar el primero de los goles de la tarde. Todo en un primer tiempo sin acciones de mucho peligro para el cuadro de Simeone, pero dejando ver que Pablo Barrios atesora una gran calidad y Carlos Martín la portería entre ceja y ceja.
Turno para el B y remontada de oficio
Nada más comenzar, el Cholo dio paso a más jugadores del primer equipo. Era el momento de Reguilón y Saúl, que ponían al cuadro rojiblanco con ocho jugadores del primer equipo, pero no sirvió. Y de nuevo, en un error defensivo, Heri se plantó solo, esta vez se topó con Oblak, pero la parada rebotó en el delantero y se fue al fondo de la red. Un nuevo error defensivo y un nuevo gol de la Ponferradina, para dejar en evidencia a las primeras espadas de esta mini pretemporada. Y ahí fue cuando llegó el cambio de rumbo con la entrada de los más jóvenes.
Entraron Felipe, Gismera y Alber y todo cambió. Reinildo aprovechó un balón parado y recortó distancias con un gran cabezazo. Todo con Gismera en el campo, que se asentó de ‘5’ como si lo llevar haciendo toda la vida, un Pablo Barrios que tiene ideas que otros no tienen un Carlos Martín que por algo es pichichi del filial. Y en la recta final, Reguilón llegó a línea de fondo, no puso un buen centro pero este quedó muerte en el punto de penalti, donde Alberto Moreno la remachó, la empaló y con un pequeño desvío, la envió al fondo de la red. Empataba el cuadro colchonero, que había cambiado la cara con la entrada de los canteranos.
Y no iban a dejar de trabajar, querían más y así lo demostraron. Una presión alta a la salida de balón de la Ponferradina, lo que provocó una pérdida que no desaprovecharon. Robó Carlos Martín, se la cedió a Alberto Moreno y este, levantó la cabeza y Carlos Martín, que estaba solo en la frontal, recibió para firmar la remontada. Un auténtico golazo del pichichi del filial, que demuestra que su olfato goleador está más que afinado. Pero se despidió a lo grande y firmó un doblete perfecto, con otra asistencia de Alberto Moreno, en una perfecta contra conducida por Pablo Barrios.
Una victoria que salva la cara al Atleti gracias a los jóvenes de La Academia, ante el mal papel de las primeras espadas y una buena primera hora de juego de la Ponferradina. Todo, esperemos, que sea por la falta de competición que sí tienen tanto la Ponferradina como el filial colchonero.
2 comentarios en «CRÓNICA. Los chavales salvan el chaparrón y papelón de las primeras espadas»
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