
Foto: Atletico Sport / Álvaro Moreno
El primer derbi de la historia es rojiblanco. La Primera Iberdrola vio como Van Dongen hacía el único tanto del Atlético Femenino y sumaba una victoria ante el Real Madrid.
Comenzaba nada más y nada menos que el primer derbi entre Real Madrid y Atlético de Madrid Femenino en la Ciudad Deportiva blanca. Con una leve aproximación del Atlético, un poco dubitativo en su área, pero que comenzó a dominar la contienda a su manera. Las de Dani González obligaban a su rival a encerrarse y así llegó de un córner el primer gol en un derbi. Con un córner a favor, la pelota caía en el punto de penalti donde lo cazaba Merel Van Dongen con un disparo al fondo de la portería de Misa. Después del gol continuó el dominio colchonero, que dominaba en Valdebebas. Mientras, el Real Madrid buscaba la verticalidad por bandas con rapidez y el Atlético las largas posesiones de control del balón en los pies de Amanda,Leicy o Deyna. Sobre el césped se veía una de las claves de este equipo, la presión alta con casi todas las jugadoras en campo merengue. Un equipo que buscaba hacer daño en ataque, por dentro y por fuera, con una Amanda que se movía por donde quería. La capitana mostraba su jerarquía en partidos importantes, como también lo hacia una Laia imperial en defensa. Aleixandri se sentía bien en defensa y se proyectaba en ataque.
«El Atlético Femenino seguía dominando al Real Madrid y se iba en busca del segundo tanto del partido»
El Real Madrid intentaba sin éxito despertar del letargo, pero cada vez que lo hacía se encontraba un muro infranqueable. Esto desesperaba a unas locales imprecisas, que no paraban de ceder balones. No fue hasta el ecuador de la primera mitad cuando llegó la primera ocasión local con un disparo lejano y fácil para Pauline Peyraud. Sin embargo, el Atlético Femenino seguía dominando al Real Madrid y Deyna buscó el segundo con un gran golpeo. Un tiro con el interior se iba directo a la escuadra, allá donde Misa tuvo que alargar su mano para repeler el gran chut. Y acto seguido, Meseguer se sacaría un cañonazo que se iba alto. El Real Madrid iba activándose, rápidas en transición ofensiva con aperturas e incluso un centro chut envenenado. Pero le respondía el Atlético con calma, construcción y peligro a base de centros laterales e internadas de Ludmila. Poco le duraba la pelota a las locales, mucho lo tenían y lo movían las visitantes buscando un gol más que les diera una cómoda ventaja. Al filo del descanso se le perdona una roja clamorosa al Real Madrid, tras una dura entrada a Ludmila que se marchaba sola. Con el lanzamiento de la falta iba a morir la primera mitad.
CONTROL Y VICTORIA
El arranque de la segunda mitad era un calco del primero. Comenzaban las colchoneras con una marcha superior y con el gol entre ceja y ceja. Así lo probó Duggan con un balón que rozó el travesaño de la portería madridista. Un control total de las del Manzanares que robaban, tocaban y percutían todo el tiempo en campo rival. El Real Madrid se volcaba con Jakobson y Aslani pero eran ocasiones sin peligro. Aunque poco a poco también iba subiendo líneas para buscar la igualada. Esas intentonas en ataque se frenaban con el férreo muro rojiblanco, el cual obligaba siempre a retroceder la bola a Misa. Una combinación sensacional entre Deyna y el tacón de Amanda habilitaron a la venezolana para que a punto estuviera de marcar el gol del partido. Un balón cruzado por la derecha pudo meterlo por la escuadra izquierda, si no hubiese sido por la gran parada de Misa. El Madrid se negaba a tirar el derbi y apretó durante la última media hora de partido. A raíz de la entrada de Carmona y Tere mejoró el Real Madrid, y por ello el Atlético Femenino apretaba filas y salía en busca de un contragolpe final. Una actuación de sobresaliente para Laia, que era imparable en los dos lados de la cancha, y que dejó detalles como un magnífico caño a su marcadora.
Pauline-Peyraud repelía los pocos acercamientos del Real Madrid que movía la pelota de lado a lado sin peligro verticalmente. Un peligro que buscó apuntalar Dani González introduciendo a Knaak, con el fin de dar el estacazo final al cuadro blanco. Un partido en el que Ludmila jugó los 90 minutos siendo señal de que el míster iba a confiar en la verticalidad de la brasileña y en su rapidez al contragolpe. Todo con el fin de sorprender a la línea defensiva. Un final que exigió sacrificio, entrega y corazón, los valores que suele exhibir siempre este equipo y hoy ante el rival era su día. Ludmila se levantaba de cada golpe recibido y volvía a cabalgar de nuevo como si nada le hubiese ocurrido. Con 5 minutos de añadido, desde el banquillo se oía el grito de «hasta el final Atlético». Y así se aguantaba cada embestida con el cuerpo o con la cabeza, como sacó Leicy Santos un balón en la propia línea de gol. El balón, que de haber entrado, hubiera supuesto el empate final. Pero hasta ese final se lucha. Los derbis no se juegan, los derbis se ganan y así lo hizo el Atlético Femenino que escribió en la primera página del derbi Madrileño español su nombre en oro.
Con un partido dominado por las indas, a base de una muralla defensiva y un ataque que no dejó de pelear. Por el orgullo de una ciudad y por tres puntos en Liga que ante este rival significaban mucho más. El Atlético es el dueño del derbi Femenino por vez primera y hoy las mocitas madrileñas… son rojiblancas.
1 comentario en «CRÓNICA. El Atlético Femenino manda en la capital»
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