
Foto: La Liga
Contra todo y contra todos. Así honró el escudo del Atleti una plantilla que sufrió ante el Valencia pero que acabó remontando con orgullo.
El fútbol esta noche quedaba aparte. El objetivo, más allá del resultado, honrar el escudo del Atleti tras el adiós a la Copa. Solo quedaba una opción, honrarlo con la vida. Rodó el balón y un día más llegó la desidia. La actitud no era la correcta y apenas se vio lo que este equipo necesita. Una cara diferente. Garra y pundonor. Lo peor llegó en manera de gol del Valencia. Musah la pegó seco desde la frontal, tras una gran jugada del Valencia, y batía a Oblak.
No quedaba otra que seguir remando. Pese a intentarlo, no salían las cosas, se llegaba tarde a los balones dividíos y a la postre, a la primera del rival, te hacían gol. Por alto no se conseguían balones. Y si la dinámica era mala, todo iba a peor. Una serie de errores que no dejó indiferente a nadie, en dónde nadie consiguió despejar el balón fuera del estadio y que Hugo Duro mandó al fondo de la red.
Volvía a rodar el balón en el Metropolitano y la situación parecía que no mejoraba. No había actitud y el balón dividido siempre era ché. Pero la situación comenzó a cambiar con la entrada de Cunha y Felipe. Se fueron Lemar y Joao Félix, este último con una actitud pésima y Cunha recortó distancias a la salida de un córner. Hacia mucho tiempo que nadie peinaba en el primer palo para acabar marcando en el segundo. Y pudo empatar Luis Suárez. Hermoso la puso atrás y el uruguayo, que la pegó según llegaba, la mandaba alta.
La actitud tornaba, también con Correa en el campo, y el Metropolitano creía en el empate. Y sobre la bocina, el de siempre, el que nunca levanta la voz y que siempre cumple. Correa puso el empate e hizo rugir un Metropolitano que creía en la remontada al entrar en el descuento. Y cuando todo parecía negro, el Atleti volvía a subir a las nubes… Hermoso remontaba el partido y dejaba claro que el Atleti es así, y que no me lo cambien.