 
        Foto: Club Atlético de Madrid
Comenzaba el partido en Kingsmeadow, y el Chelsea no tardó ni 40 segundos en inquietar la portería del Atlético Femenino. Y de la misma manera, con otro pase largo a la espalda de la defensa, tuvo la primera más clara del cuadro inglés Ji, que en el mano a mano con Lindhal erró su disparo enviando la bola desviada. Las madrileñas comenzaban imprecisas, también por culpa de la presión alta de las inglesas, con la velocidad de Ludmila como mayor faro en ataque. Salvo varios centros sin receptora, las de Sánchez Vera no encontraban soluciones en ataque. Sin embargo, el Chelsea seguía percutiendo ahora por medio de Harder, quien a la media vuelta hizo volar a Lindahl. Muchas intervenciones de la sueca en un partido con claro dominio inglés. Sin embargo, parecía torcerse todo para el Chelsea antes del cuarto de hora de partido. Un balón largo para Ajibade la plantaba sola en el área donde fue derribada por Ingle. Expulsión para la defensora local y penalti a favor del Atleti.
Sin embargo, desde los once metros Deyna Castellanos no logró convertir el penalti, lo tiró a la izquierda donde Berger se lanzó para mantener el empate. Este golpe de efecto hizo que las de Sánchez Vera fueran ganando terreno hacia delante, con más dominio de la posesión, libertad de movimiento y presencia en campo rival. Si no se podía seguir hacia delante las españolas regresaban atrás y construían, sabedoras de su superioridad numérica. «Hay que mover la bola» decía Sánchez Vera, pidiendo bascular de lado a lado para encontrar huecos. Los ataques del Chelsea iban decreciendo en el paso de los minutos, y cada vez que tenían lugar salía a relucir uno de los puntos fuertes del Atlético Femenino, su defensa. El dominio era rojiblanco, estirando el campo, con tranquilidad en la salida de balón ante un conjunto inglés que quería aprovechar las imprecisiones colchoneras. Harder, la futbolista con más calidad, probó de lejos pero acabó el balón en manos de Lindal. Una falta lateral que también repelió Lindahl fue lo último a destacar de la primera mitad.
La imprecisión del Atlético Femenino dio pie al Chelsea
Daba comienzo la segunda mitad, con un Chelsea que iba a mantener su juego directo para llegar de manera fácil a portería rival. El Atlético Femenino también mantenía su plan de juego, basado en el control de la pelota. Pero contra todo pronóstico las llegadas eran de las inglesas, una tras otra por ambos costados. Las de Sánchez Vera tocaban y tocaban, pero esto provocaba ataques estériles y, además, errores e imprecisiones que usaban las blues para arremeter en ataque. En uno de esos ataques la moneda se giró para, esta vez, darle la cruz al Atlético. Pues una contra tras pérdida colchonera provocó que Tounkara derribase a Kerr en el interior del área. No dudó la colegiada que señaló los once metros. Ahí, Mjelde no falló y con un preciso golpeo batió a Lindahl. Seguía insistiendo el Chelsea en inferioridad numérica y Kirby golpeaba por segunda vez en apenas tres minutos haciendo el segundo de la tarde. Primero un golpeo que repelió la madera puso en apuros a Lindahl, que nada pudo hacer en la segunda jugada con el segundo gol de las londinenses.
La situación exigía a las colchoneras a meter una marcha más, algo que iban intentando con un juego algo más vertical pero sin ocasiones claras de gol. Muchos córners y llegadas por los laterales, cuando en una de esas acciones, Ludmila buscó internarse por velocidad y fue derribada en el interior del área. Nueva oportunidad para recortar distancias. Esta vez era Merel Van Dongen, quien desde los once metros volvió a encontrarse con Berger. Un nuevo error condenaba a un mal Atleti, que había fallado ya dos penaltis. El Chelsea seguía hasta los compases finales asestando ocasiones frente a la meta de Lindhal, enfrente un Atlético que no aprovechó ser una más, que desaprovecho dos penaltis y que pecó de la posesión de pelota y se complica la continuidad en Champions.

 
         
         
        
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