Foto: La Liga
El Atleti empezó por delante en el marcador pero perdió ante el Barcelona en una tarde donde la desidia volvió a hacerse muy presente. Solo la entrada de Cunha y Correa atisbaron un poco de ese Atleti trabajador.
Un día más la desidia y el balón parado condenaron a un Atleti que no levanta cabeza. Más allá de estar o no acertado en acciones del mismo fútbol, la desidia y la actitud traen derrotas. El Atleti no empezó mal plantado ante el Barcelona, formando con una línea de cuatro atrás y sin debuts de los fichajes de invierno. Lo de siempre para que ocurriera lo de siempre. Joao Félix iba a tener una nueva oportunidad para lo de siempre. Demostrar la desidia y falta de actitud, por enésima vez. Y pese a esto, el equipo colchonero se puso por delante tras una gran transición de Koke y Luis Suárez, que acabó culminando Carrasco con un disparo cruzado. Pero todo se torció. Traoré estaba siendo un puñal por la derecha, desbordando a Hermoso constantemente y generando peligro. En una de esas acciones llegó un cambio de orientación para Jordi Alba, que de volea, la coló por la escuadra. Remató solo el lateral culé, que con la espinillera hacía un empate que acabó condenando al equipo del Cholo.
Entre la desidia del Atleti el amigo Gil Manzano hacía de las suyas, pero nada nuevo y que merezca la pena comentar. Mientras tanto, Joao Félix tuvo dos acciones de peligro que se le marcharon, una de ellas donde demuestra su calidad. El problema, sin trabajo no se puede demostrar toda la calidad que uno posee. Y en una de esas acciones que tanto condenan al Atleti provocó el segundo gol del Barcelona. Gavi remató un centro lateral que dio en la cabeza de Vrsaljko, por lo que nada pudo hacer Oblak. Dentro de estos atisbos de juego y trabajo, Savic pudo hacer el empate en un saque de esquina que se marchó desviado. Tras el gol apenas hubo reacción y justo antes del descanso, ahora con un falta desde la frontal, Pique remataba al larguero. El rechace le caía a Araujo tras un error de Ferran y batía por bajo a Oblak. El Barcelona hacía el tercero justo antes del descanso.
Reacción pero sin tiempo ni goles
Ya en el segundo tiempo turno para Wass, que debutaba y se iba a marchar en camilla al final del encuentro. Pero antes, Dani Alves aprovechó la desidia habitual para hacer el cuarto. Nada más salir, un balón a banda que acabó con un pase atrás y el lateral, que no tuvo oposición ninguna de Joao Félix, remató a placer. La distancia era abismal en el luminoso, y tras ello llegaron los primeros tres cambios. Debut de Reinildo Mandava, Correa y Cunha al verde y con ello coraje, trabajo y garra. Más allá de salir bien o mal, tuvieron esfuerzo, trabajo y es lo primero que se pida. La calidad, después de este trabajo. Justo ahí Carrasco lo intentó poniendo un balón parado y Luis Suárez batía a Ter Stegen. Pedía perdón el uruguayo y el Atleti soñaba con una posible remontada. Quedaba media hora de juego y el Barcelona, además, se quedaba con uno menos. Dani Alves veía la tarjeta roja tras una durísima entrada por detrás a Carrasco. Y justo después, el Atleti robó con presión alta, recibió Luis Suárez y buscó colocarla pero atajaba Ter Stegen sin problema. Se equivocaba Suárez, que reconocía el error.
Tras la expulsión y la salida de Koke del verde, se perdieron las ideas y se fue con más corazón de cabeza. Todo en un final de partido en el que destacó una entrada durísima de Ferran sobre Wass que no podía seguir. Se quejaba mucho después de la entrada, con las dos piernas, de Ferran, a la altura de la rodilla. Pese a que aguantó, el danés se marchó en camilla y muy dolorido. Todo en un día donde la desidia volvió a demostrarse en el Atleti.
