
Foto: Club Atlético De Madrid
Una mañana de esas que ponen a prueba a club y afición, frío mucho frío. Cuando el mejor plan es estar en casa, la afición rojiblanca volvió a mostrar el apoyo incondicional a sus colores. No era para menos, el rival que tendrían en frente era el Levante UD, en un duelo directo por plazas europeas. Un ya siempre atractivo partido entre dos equipos que todos los años pelean por viajar por el viejo continente y en esta ocasión volvería a ser así. Un duelo que si hay que definir con el paso de los años con una palabra sería igualado. Tal y como comenzó en esta mañana de domingo la contienda. Un Atlético que volvió a demostrar tener muy claro el fútbol que quiere practicar, directo, con posesión y fluidez, enfrente un equipo «grana» que se colocó en un bloque defensivo serio y muy complicado de superar. Las primeras ocasiones llegarían para las locales, fruto del inicio apabullante de las colchoneras, Deyna fue la primera en probar suerte. Barbara Latorre tendría la segunda llegada con el mismo destino que la anterior de su compañera.
El gol eso sí no se hizo esperar y llegó tras un afortunado rechace de la defensa que aprovechó Tounkara, un gol que bien puede servir para que la central recupere la confianza perdida. El gol no amedrentó al Levante y no hizo relajarse al Atlético, comenzó así un duelo de alta intensidad por volver a mover el electrónico. Las valencianas adelantaron su presión para hacer daño en la cómoda salida de balón del Atlético, encarnadas en la ambición de su delantera Gio. La brasileña se adelantaría a la defensa del Atleti, robó en la frontal y apretó el gatillo para anotar el 1 a 1. Un gol que llegó en el minuto 39 y dejaba todo abierto para la segunda mitad.
El segundo tiempo sería una clara metáfora del clima, tras dos ocasiones para las madrileñas, el partido se congeló. Se comenzaría un período de juego en el medio del campo, poco práctico, infértil e impreciso. Ante ese estado de lentitud, apareció un rayo, la electricidad de Ludmila que dejaría alguna que otra carrera imparable. Una energía que no logró transformar en acierto. El Atlético seguía intentando, era el controlador absoluto de la faceta ofensiva del partido.
Claro pues que cuando no dejas de intentarlo obtienes recompensa. El esfuerzo daría sus frutos y tras un córner repelido por la defensa, Barbara se sacaría un disparo muy potente y con dirección al fondo de la red granota. Esto fue en el 62′ y aun media hora de juego el partido siguió vibrando. Las de Óscar Fernández llegaban con frecuencia a zona de peligro. El Levante por otra parte vivió un partido en el que le era muy complicado generar, con todo y con eso cerró el partido con el mayor susto para la afición local, que sí ay tenía frío pudo acabar helada con un balón del Levante al palo, a instantes del final. Con estos tres puntos el Atlético ya huele la segunda plaza y por el contrario aleja su rastro a sus perseguidoras.