
Foto: La Liga
El Atlético de Madrid volvió a empezar perdiendo, supo reponerse pero el Celta volvió a colocar las tablas en el marcador. Pese a rehacerse en el partido, una jugada aislada al final del encuentro, se sumó un punto que sabe a muy poco.
No iba a ser presa fácil. El Covid-19, el Celta de Vigo y la falta de público iban a poner las cosas complicadas a los de Simeone. El objetivo, volver a ganar. En frente, una serie de factores que complicaban todo. Sin embargo, el Atlético es combato y me levanto. El comienzo del partido tornó el dominio, a base del balón, al Celta de Vigo. Sufría el Atleti que lo intentó por medio de Kondogbia, titular por primera vez, y con un golpeo que se marchó alto. Sin embargo, y al igual que sucedió en Cádiz, un error de Felipe, que no llegó al corte, propició el primer tanto del Celta de Vigo. Hugo Mallo, tras una buena combinación, puso un buen centro al corazón del área, donde Santi Mina no desaprovechó el error del brasileño y batió a Oblak. Buscaba responder el Atleti, que por medio de un Suárez que bajaba mucho a recibir, conectó con Correa, que mandó el balón fuera.
Se antojaba complicado la remontada ante un Celta de Vigo superior y bastante rocoso. Poco a poco, se empezó a estirar el equipo, todo en búsqueda de robar el esférico al conjunto vigués. Renan Lodi, con un centro al primer toque, se equivocó en la búsqueda de Luis Suárez. Poco a poco mejoraba el cuadro de Simeone, pero con un Marcos Llorente más obligado en acciones defensivas, no conseguía conectar arriba. El propio Llorente lo intentó con un centro lateral que no consiguió rematar Saúl. Pero cuando todo parecía evocado al descanso, el de siempre, el criminal del área Luis Suárez, no falló a centro de Marcos Llorente. Transición, apertura al lateral derecho, donde prolongó Llorente, y centro perfecto para un Luis Suárez habilitado. Gol más que psicológico para un partido complicado y que se marchaba con empate en el marcador.
Superioridad, control y empate amargo
Nada más empezar y sin tiempo para dar aire al Celta de Vigo, llegó, de nuevo, el de siempre. Luis Suárez, ahora tras un centro perfecto de Renan Lodi, tampoco falló y desde el suelo para culminar la remontada. Remontaba el Atlético ante un Celta de Vigo que no aflojó pese a los dos goles del uruguayo. Tras una contra de libro, donde le cayeron todos los rebotes a los celestes, Iago Aspas se plantó solo en el punto de penalti. Armó la pierna, golpeó y con todo a favor, apareció Kondogbia para mandar el balón a córner. La salvaba el centro-africano, que en su primera titularidad como rojiblanco estaba cuajando un gran partido y dándole la razón a Simeone. Muy buenos minutos al igual que Torreira, que desde que salió al campo dio estabilidad y solidez a la medular colchonera. Mientras tantos, los vigueses lo intentaban y Coudet buscaba revolver el partido con la entrada de Solari, en el lugar de un desaparecido Nolito. Pero no iba a ser fácil, la fiabilidad de Savic atrás, un día más excelso, impedía todos y cada uno de los acercamientos celestes.
Cuarto de hora para el final y el conjunto de Simeone se mantenía cómodo con ventaja en el marcador. Lo intentaba, con más corazón que cabeza el Celta, ante las intentonas fallidas. Se desesperaba el Celta de Vigo ante el buen bloque defensivo rojiblanco. Mientras que ambos equipos se veían superados por el arbitraje del señor Cuadra Fernández. Un día más, se hacían destacar los que menos tienen que aparecer. Giménez pudo hacer el tercero tras una acción de ataque que culminó el charrúa para acabar jugada. Sin embargo, el balón se marchó desviado rozando el palo. Pero cuando todo parecía acabado, una gran acción trenzada la culminó Ferreyra para poner el empate sobre la bocina. En el segundo remate entre los tres palos de los vigueses, se ponía el empate en un partido que parecía controlado. Una acción en la que Savic, dolorido, rompió el fuera de juego que propició el empate final.