
Foto: Club Atlético de Madrid
Y de fútbol, señores, hablamos otro día. Y es que por enésima vez esta temporada, lo inexplicable se hizo real en el Metropolitano. Les puedo asegurar que si busca repetir, a propósito, todo lo visto y vivido en el feudo colchonero, no sale tan bien. Pero tan bien reflejado, porque lo que no estará bien es el corazón de gran parte de la hinchada. El mío el primero, se lo aseguro. Porque si les dicen que Luis Suárez falla un penalti; el Atleti, aún así, se pone 2-0 arriba en el marcador pero ve como antes del descanso pierde 2-3, con el Getafe habiendo tirado un único tiro a puerta y Correa rescatando un empate en el descuento del primer tiempo. Pues no se lo creerían. Pero sí, así ha sucedido.
Y cuando creías que la cosa no podía ir a peor, como muchas veces sucede en la vida misma, siguen sucediendo desgracias. En una representación de lo que es la presente temporada, Felipe fue expulsado por roja directa. Una mala cesión de su compañero, otra mala decisión a la hora de media y una brutal patada, sin querer, a Arambarri. Y así, contra todo y contra todos, el Atleti se quedaba con uno menos ante el Getafe y media hora por delante… Pero, «lo de levantarse y caerse, caerse y levantarse es nuestro», decía Simeone. Y así fue. Con todo en contra, como la vida misma, Joao Félix, que dio un cambio al partido con su entrada junto a De Paul y Vrsaljko, cabeceó al corazón del área donde Hermoso remató, tras un error, para hacer el cuarto. Remontada y locura final.
Todo para sumar tres puntos de oro. Tres puntos que reflejan el claro estado de forma del Atleti. Tres puntos que demuestran que vivir en rojo y blanco es como la vida misma.