Foto: LaLiga
Sin actitud, sin goles y con muy poca suerte, el Atleti perdió ante el Athletic en un día donde se dejaron pasar tres puntos cruciales en la pelea por la Champions League.
El partido arrancó como la temporada en general, extraña y sin actitud. Algo que no vino bien a un Atleti impreciso, que sufría con la presión alta del Athletic y que vio como los vascos se adelantaban casi nada más empezar. Y es que un balón a la espalda de la defensa y un error de Giménez, permitieron que el disparó de Williams, que intentó despejar Hermoso, se colase en la portería de Oblak. Un cúmulo de errores adelantaron a los locales, que minutos después veían como un centro lateral se envenena, no lo despejaba Reinildo y el balón se topaba con el palo. Un inicio extraño, marcado por dos amarillas que acarrean sanción y sin explicación alguna a nada de lo que estaba sucediendo.
Mejoró el Atleti con balón, que provocaba hundir más al cuadro vasco y algún que otro acercamiento con peligro. La distancia era mínima y había tiempo suficiente. Algo que intentaron aprovechar, primero por medio de Kondogbia. El centrocampista recibió tras una gran jugada por la derecha, pero su disparo con el interior se marchó desviado. Había sido muy clara. Como con la que contó justo antes del descanso Carrasco. Al contrario que en el gol del Athletic, el belga la pegó, rebotó en un defensor local y el esférico se marchó rozando la madera… Tampoco había suerte en un día sin nada.
El segundo tiempo arrancó con la misma actitud y la entrada de Correa que dio más verticalidad al equipo. Tal fue así que el argentino generó una falta peligrosa en la frontal del área. Un libre directo que Griezmann pegó de forma espectacular, pero el larguero repelió. No quería entrar el balón y justo después, la jugada fatídica. Un buen robo de Lodi, que acabó con un paso comprometido para Herrera, que cometió penalti sobre Munian. El resto, es historia. Williams no falló y puso el definitivo 2-0 en el marcador. El resto, un quiero y no puedo que acabó con una derrota inexplicable.
