
Foto: Club Atlético de Madrid
El Atlético Femenino certificó ante el Servette su pase a los octavos de final de la Uefa Womens Champions League. Una manita y muy buenas sensaciones sirvieron para certificar el pase.
Comenzaba la contienda para el Atlético Femenino con un ritmo sosegado, buscando no fallar en los pases y construir jugadas poco a poco teniendo la renta de la ida como colchón. El juego se basaba en jugadoras como Amanda o Alia, veteranas curtidas en citas importantes como las noches de Europa. Mucho mediocampo y juego en corto. Las jugadoras locales juntas entre ellas, lejos del juego tan abierto en banda como de costumbre. El objetivo del Atlético Femenino era mover el balón de manera segura y cansar a un Servette que es quien debía ir a por los goles. La primera que avisó para las colchoneras fue Ludmila, quien con un leve golpeo buscó la meta rival. Las de Dani González iban poco a poco adelantando la línea de ataque y sitiando el campo de las suizas. Todo marcado con la misma calma y certeza pero cada vez con más peligro. Avisaba Deyna con un disparo lejano que obligó a la portera visitante a lucirse con una estirada. Metía el miedo en el cuerpo Turid Knaak con un tremendo obús dirigido al larguero de la portería, y quien avisa no es traidor. Pues justo después, Leicy Santos recibió un balón dentro del área y golpea el esférico directo a la red para anotar el 1-0. Esto no hizo que el Atlético rebajara su intensidad y casi ipso facto al saque de centro suizo, volvía a plantarse cerca de la portería con un cabezazo de Amanda Sampedro. Y si ya con el marcador inicial se podía jugar de manera tranquila, tras el gol motivo de más.
«Acoso y derribo era la consigna rojiblanca, no conformarse con el resultado e ir a por más»
La ocasiones seguían llegando a un ritmo frenético, se tejía la jugada rojiblanca y casi siempre traía peligro. Y en un saque de esquina de Deyna que teledirige a la cabeza de Van Dongen, el segundo pudo llegar pero se marchó por línea de fondo. Tras media hora de partido, las suizas notaban la presión del cronómetro, lo que propiciaba un juego más precipitado. Esto lo aprovechó el Atlético para robar y salir a la contra. En una de esas acciones, la conexión Ludmila – Deyna acabó en un disparo de la venezolana que acabó en las manos de la meta final. Acoso y derribo era la consigna rojiblanca, no conformarse con el resultado e ir a por más. La única intervención de Pauline Peyraud fue blocar dos centros mal colgados del Servette. Cuando ya tenía la colegiada su silbato en su mano, una contra de libro de Amanda con un centro al punto de penalti la culminó Deyna con un golpeo de calidad para situar el 2-0 en el electrónico y dar por cerrada la primera parte.
DOMINIO, CONTROL Y A OCTAVOS
La segunda parte comenzaba con sobresaltos para el combinado madrileño. Un disparo al poste del Servette hacia presagiar que el equipo helvético no iba a dar su brazo a torcer. La fortaleza defensiva rojiblanca iba apagando los arreones del equipo de Ginebra, y a punto estuvo Laurent de matar el partido con un disparo a las manos de la portera tras una contra de la italiana Alia Guagni. De nuevo, otra llegada del Atlético con un disparo que volvía a ser repelido por la cancerbera y otro alto de Leicy. Sorprendía ver como, con el paso de los minutos, la escuadra colchonera no perdía la verticalidad incluso con desdobles de Laia en banda y que la catapultaban hasta la zona de tres cuartos rival. El Servette, pese a acumular un 2 a 6 en su global, no le escondía la cara al partido y volvía a disparar contra la meta de Pauline con un chut alto.
«Goles, portería vacía y sin peligro en meta. Todo, con control y mucho fútbol en Alcalá»
Cumplida la hora de juego comenzaba el carrusel de cambios e ingresaban al campo Bernabé, Moore y Toni Duggan. Y fue la propia Duggan la que nada más salir al campo intentó probar fortuna con un tiro desde la frontal que se alejo por encima de la madera. El saque de esquina fue un aviso en la primera parte y se convirtió en una realidad en la segunda, pues Tounkara enviaba con un cabezazo el balón al fondo de la red, tras un córner botado por Leicy. El Atlético situaba el más que abultado 3 a 0 en el luminso. La renta era poca para un insaciable Atlético que estaba dando un recital de paredes y pases al primer toque. Y con uno de esos pases lo volvía a intentar Laurent con el interior del pie y un disparo directo a los guantes de la portera suiza. Laurent misma fue la encargada de colgar el centro que remataría Duggan para abrir su cuenta y anotar el cuarto gol de la contienda. Las de la Ribera del Manzanares siguieron controlando en todo momento el partido, impidiendo toda respuesta de un Servette que ya estaba derrotado anímicamente. Con varias ocasiones como una de Laurent tras varias gambetas y algún que otro centro sin destino, iba a morir la contienda. Pero antes del pitido que cerraría el acto, Amanda recogía un rechace de Duggan para marcar el quinto gol y certificar la manita.
Con cinco en su casillero, una puerta vacía y sin peligro para su meta y sobre todo un fútbol controlado y con cabeza, así se marchaba el Atlético con los deberes hechos. 2-9 en el global y lo más importante, el pase a octavos de la Uefa Woman’s Champions League.
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