
Orgullo, coraje y corazón. El Atleti tiró de casta, el Atleti hizo lo que más le gusta que es sufrir. Dos goles adelantaron a los armeros, pero la pareja Costa-Joao, un revulsivo impresionante como es Vitolo, y un siempre impresionante Thomas culminaron la remontada para ser líderes.
Última jornada antes del parón internacional en un duelo siempre complicado. El Eibar de Mendilibar visitaba un estadio en el que siempre habían puntuado, y querían continuar con su racha. Mientras tanto, los del Cholo querían seguir en su partido a partido contando encuentros por victorias. Todo ello en un Metropolitano que, siempre, es una olla a presión.
Pitido inicial y el Metropolitano volvía acoger un duelo de los suyos. Un duelo de categoría en donde el conjunto de Simeone comenzó siendo mejor que el Eibar. Un conjunto armero que siempre da guerra en terreno Indio, y no iba a ser menos. Y es que el primer acercamiento de los de Mendilibar iba a acabar en el fondo de las mallas. Orellana llegó hasta línea de fondo, puso un balón al corazón del área pequeña y Charles, de cabeza, batió a Oblak. Se adelantaba el conjunto vasco. Buscaba responder el Atleti por medio de un Koke siempre presente y un Diego Costa inspirado. La ocasión más clara salió de las botas del de Vallecas con un perfecto cambio de orientación. Renan Lodi, a bote pronto, se fue de su marca y puso un balón atrás que Costa mandó rozando el palo. El de Lagarto no conseguía poner el empate en la ocasión más clara de los rojiblancos. Minutos después era Joao Félix, que fue derribado en el área en una acción sin nada punible. Parecía que el Atlético iba a más, pero cuando las cosas se tuercen, lo hacen de verdad. Segundo acercamiento del Eibar, mal despeje de Mario Hermoso que le dejó el esférico a Arbilla fuera del área. El visitante no lo dudó y la pegó, con el imprevisto de que golpeó a Llorente y el esférico se fue al fondo de la red. Mala suerte para un Atlético que merecía más.
Corrían los minutos y el Atlético seguía haciendo su juego, afrontando la presión alta de un Eibar que quería aprovechar su ventaja en el marcador. Pero ahí aparecieron Diego Costa y Joao Félix. Ahí entró en escena «El Libro de la Selva» con Mowgli y Baloo. Joao se la puso a Costa que se fue por velocidad, se mantuvo ferreo ante la presión y se deshizo del defensa para devolverse al niño maravilla que no falló. El Atlético recortaba distancias en una jugada magnifica de una pareja de la que se espera mucho. Y así lo demostró en su primer partido juntos a la media hora del mismo. El Atleti pese a ello seguía por detrás en el marcador. Tras el gol, el objetivo continuaba siendo el mismo pero había provocado el aumentar una marcha más de cara al empate. Un segundo gol que se resistía en el Metropolitano. Joao y Costa buscaban seguir conectándose sin fortuna en un primer tiempo que concluía con la victoria armera y Vitolo calentando en banda.
Arrancó el segundo tiempo con un hombre que lleva revulsivo en la espalda y ese no es otro que Vitolo. El canario lo hizo en Butarque y quería repetir la hazaña en el Metropolitano. Y así lo hizo, y es que tras cinco minutos, el extremo colchonero batió a Dimitrovic y consiguió hacer el empate. Lodi dejaba un balón perfecto a Vitolo que, de primeras y con el exterior, hizo del pase un balón perfecto. Pero las cosas no quedaron ahí y Costa recibió entre líneas un balón que le dejó solo ante el meta armero y acabó batiéndole. Sólo en el mano a mano no falló, pero el banderín señalaba al cielo y el partido se iba al VAR. Tras varios minutos analizando la acción, el colegiado decidió señalar un fuera de juego muy muy justo. Lodi continuaba haciendo de las suyas con controles de gran calibre. Pero quienes no iban a dejar de hacer tampoco de las suyas eran Mowgli y Baloo. Balón largo del joven portugués para Costa que peleó con Dimitrovic, quien acabó viendo la amarilla por no soltar el balón. Ahora eran Costa y Vitolo quienes dejaban al canario solo en un contraataque que no consiguió encontrar a Lemar en el área pequeña. El Atlético era mejor y quería la victoria en el Metropolitano.
Cuarto de hora para el final y le llegó el turno a Roro Riquelme. El joven jugador debutaba de forma oficial en el Metropolitano y el primer balón que tocaba era una ocasión clara de gol. Balón tenso de Lodi al que llegó forzado el canterano y se topó con el lateral de la red. Camello el año pasado, y Riquelme quería volver a salvar al Atleti ante el Eibar. Pero quien apareció de nuevo fue Vitolo, que con un taconazo de la nada dejó solo a Costa que volvió a batir a Dimitrovic. Pero, como de costumbre para el de Lagarto, el banderín volvió a ondear en la banda rojiblanca. Gol anulado por fuera de juego cuando el Cholo decidió dar paso a Thomas en lugar de un Joao que estuvo más participativo en la primera que en la segunda mitad. Riquelme y Vitolo buscaban a Costa en los minutos finales, todo con el único objetivo de conseguir los tres puntos. Pero si alguien sabe, ese es Simeone. Dio paso a Thomas que en el primer minuto de descuento, hizo de las suyas. Comenzó la jugada que acabó en sus botas y muy astuto se la llevó para quedarse sólo ante Dimitrovic y conseguir batir al meta armero. Locura en el Metropolitano, explosión de euforia, adrenalina y nervios a flor de piel. A partir de ahí, siete minutos de sufrimiento. Y mientras, los guerreros de la grada llevaban en volandas a los suyos para aguantar el tiempo restante. Tres puntos de garra. Tres puntos de coraje. Tres puntos de corazón. Tres puntos para situarse líderes de la Liga en la tercera jornada.
El Atlético de Madrid conseguía así la victoria en el Metropolitano, tercera del curso y segunda en casa. Victoria muy sufrida en un día en el que los colchoneros se colocan como líderes en solitario de la Liga.