
FOTO: AtléticodeMadrid
Si extrapolamos este partido a la primera vuelta, valiendo como ejemplo lo que se vio en Balaídos frente a este mismo rival, el Atleti no hubiera obtenido una victoria tan amplia como la conseguida esta vez. El factor diferencial se debe a Diego Costa, que desde su incorporación en enero ha mejorado al equipo en general y a Griezmann en particular. Aun atravesando un momento de falta de chispa, aun acusando la inactividad competitiva de 6 meses y aun no marcando, siempre ofrece al equipo lo que necesita, lo que ha estado echando en falta durante las tres temporadas que ha estado en Londres: voracidad en el área rival. Incluso sin estar especialmente bien, ese punto de intensidad que tiene a la hora de convertirse en un mareo constante para la defensa contraria, buscando el espacio o percutiendo contra los centrales tiene como resultado que el resto del equipo está más liberado. Principalmente Griezmann. Sin tenerse que preocupar de ser la referencia del equipo, el francés puede dedicarse a poner la fantasía y a demostrar que actualmente es uno de los 5 mejores futbolistas que hay en el planeta. Conseguir marcar el gol que marcó, cuando más estaba apretando el Celta, con esa «facilidad» de ejecución, con su pierna menos buena y lograr filtrar la asistencia que filtró a Vitolo para hacer el segundo gol con esa misma «facilidad», justo después de que el rival estrellara un balón en el palo, nos da la idea de la magnitud de jugador que tenemos. No dudo que se estarán haciendo todos los esfuerzos posibles por mantenerle por parte de todas las instancias del club. Desgraciadamente, y pensando más con la cabeza que con el corazón, sí que dudo que se consiga, más incluso después de escuchar a Simeone y Gabi tras finalizar el partido. Mientras tanto, lo mejor que podemos hacer es disfrutar de él y lo que tenga que ser a final de temporada, que sea.

Como decía, Diego Costa ha sacado al mejor Griezmann, pero también le ha dado al equipo la solidez que tanto echó en falta durante la primera mitad de la temporada. Dudo mucho que ciertos pinchazos que se produjeron entonces, como el empate ante el Villarreal, los fiascos del Qarabag o el empate en el Olímpico de Roma después de un sinfín de ocasiones, se hubiesen producido con él.
Otra de las buenas noticias del partido es la titularidad de Vitolo y su gran gol. Como Simeone ha repetido en muchas ocasiones, para entrar en este equipo no basta con ser bueno, es necesario someterse plenamente al colectivo. Si lo entiende se convertirá en un jugador fundamental.
En definitiva, entramos en la liga de Luis, la de los 10 últimos partidos, empeñados en morir con las botas puestas. Siempre con la fe por bandera. Aunque haya que perseguir a un Sputnik.