Erase una vez un delantero criado en el Atlético de Madrid. Su formación fue forjada a base de carácter, talento y un indomable afán de superación. Rodeado de entrenadores mediocres y de jugadores pusilánimes, tuvo que marcharse para seguir creciendo y para que el equipo de su corazón pudiera reinventarse.

En los años de mediocridad rojiblanca, los aficionados contemplaban cómo uno de los suyos llevaba con orgullo el escudo del Atleti aún cuando jugaba con otra camiseta. Se había convertido en toda una estrella mundial. Sus fiscales, con rencor por haber negado tres veces al equipo al que todo el mundo dice sí, buscaron el momento de flaqueza que a todo deportista llega. Cometieron el mayor de los errores, darle por acabado. Y entonces, volvió a su casa. Una legión le recibió como el glorioso guerrero que había sido, que esperaban que volviera a ser. Más de un año después de algunas noches gloriosas y otras tantas decepcionantes, ha conseguido eso que le faltaba desde un tiempo hasta ahora: regularidad. Tres partidos consecutivos marcando. Se ha convertido en el nueve que le hacía falta al Atleti en el momento más decisivo. Y aunque no podrá participar de la venganza de Champions, va a ser decisivo en este tramo final de Liga.Cada vez se parece más al jugador que deslumbró al mundo. Nadie podrá cuestionar que el 8 máximo goleador de la historia del Atleti, debe continuar hasta que él quiera. El mito ha renacido.

No solo Torres fue protagonista. Otro hombre de la casa, Koke, se erigió como el máximo asistente de la Liga con 12 servicios. Uno por delante de Luis Suárez. Había muchas dudas sobre el nivel que Koke estaba ofreciendo en el último año. Pero lo cierto es que echaba de menos una referencia arriba como lo fue Costa, como lo es Torres. Un hombre que corra al espacio y que sea profundo para aprovechar su pases. Con el canterano a éste nivel, el equipo juega mejor y disfruta de más oportunidades. Koke es vital para que todo funcione en el ataque rojiblanco, que otra jornada más vuelve a marcar al menos tres goles en Liga. Pero no solamente de goles vive el equipo. La solvencia defensiva pese a las lesiones es admirable. Con Lucas ha nacido una nueva estrella. Inconmensurable durante todo el encuentro fue capaz de anular junto a Godín el ataque perico.
Con todo el mundo pensando en la Champions el Cholo lo dejó claro: el partido más importante es siempre el siguiente que se juega. Para poder mirar con esperanza a Anoeta, el equipo no podía fallar. A pesar del mazazo inicial, el equipo se recompuso, no reservó nada y tuvo recompensa. El conjunto perico no lo puso fácil. Echó el resto para poder conseguir la victoria que le diera la tranquilidad hasta final de temporada en la pelea por la salvación. El equipo hizo de la necesidad virtud y viéndose abajo continuó con el plan establecido y consiguió su premio. Tres puntos vitales en la persecución de un líder que muestras las primeras señales de debilidad. Es cierto que el título está lejos pero serán molestos hasta el final. El equipo no deja de creer que un título es posible.
Con los inyectados en sangre ya miran al miércoles. Con el rival malherido anímicamente, el equipo huele a sangre. Irán a por su presa sin piedad y, siempre que el equipo compitan en igualdad de condiciones, la remontada parece posible.
