
Antes de escribir estas líneas me he pasado por Internet para ver las estadísticas de Koke desde que está en la primera plantilla del Atlético de Madrid. Sí, en la primera plantilla, porque Jorge Resurrección Merodio ha pasado por todas las categorías del Club desde su más tierna infancia, por si alguien no lo sabe. El caso, es que iba a enumerar aquí los tropecientos partidos oficiales jugados entre competiciones domésticas y europeas, junto a los goles, asistencias, balones robados, kilómetros recorridos, títulos conseguidos y bla, bla, bla, bla… Iba a quedarme una sección de lo más apañada, si no fuera porque yo me iba a dormir escribiéndola y quien se pasara por aquí leyéndola.
Cuando un tal Diego Pablo Simeone llegó al club allá por finales de diciembre de 2011, ese chico llamado Jorge Resurrección Merodio estaba ya con las maletas hechas rumbo a Málaga porque supuestamente no tenía sitio en el Atleti. Al segundo o tercer entrenamiento, Simeone, horrorizado y en cólera, hizo que se frustrara la operación y gritó a los cuatro vientos que Koke era imprescindible en el equipo. Ese chaval de 21 años, por aquel entonces, comenzaba a escribir su leyenda, que desde hace ya casi 8 años está ligada a la del entrenador que le hizo valer y le hizo crecer, contribuyendo ambos de manera directa en el resurgir de una institución que caminaba irremediablemente a la deriva y a la ignominia, hasta el punto de protagonizar los mejores años de su historia y de ponerla, junto a los Gabi, Godín, Costa, Saúl, Juanfran, Filipe, Torres u Oblak al nivel de otras instituciones que antes veíamos a años luz.
Anoche, tanto Diego Pablo Simeone como Jorge Resurrección Merodio fueron pitados por parte de la afición del Metropolitano. Primero, el Cholo cada vez que el fondo sur coreaba su nombre. Después Koke, tras ser sustituido. Fueron los momentos más tristes que recuerdo en mucho tiempo. Tan tristes como inesperados y sorprendentes.
No creo que nadie pueda obviar que Koke está mal. Muy mal. Quizá en su peor momento en estos consabidos 8 años. Tampoco que el equipo no sabe muy bien a qué juega, a medio camino entre el pasado reciente y esta nueva versión en la que tantos jugadores nuevos han entrado. Simeone aún está en proceso de dar con las teclas adecuadas para ensamblar esta plantilla, esta nueva plantilla que ha venido a dar el relevo a aquella columna vertebral, que por las cosas del fútbol y del inexorable paso del tiempo, ha tenido que irse echando a un lado y dejar paso a otros. Sin embargo, aquellos que hacen del PC Fútbol o del FIFA su particular biblia futbolística y creen que confeccionar plantillas es así de fácil, se están impacientando. No les gusta lo que ven y empiezan a hacer suyo lo que tanto tiempo se dice por parte de los portavoces oficiales: que el Atleti aburre, que hay plantilla para jugar a otra cosa y que hay que explorar otras opciones más allá de Simeone, que encima es el entrenador mejor pagado… Aquellos que tanto aplauden los chistes de Joaquín o que corren después de los partidos corren como locos a los micrófonos de esos programas y tertulias televisivas tan edificantes para el espíritu y que tanto pávulo dan a las diatribas anti Simeone, anoche decidieron que los mayores culpables de la terrible situación que está viviendo el Atleti, a 3 puntos del líder en Liga y a un paso de clasificarse para octavos de la Champions, eran el capitán, Jorge Resurrección Merodio y el entrenador, Diego Pablo Simeone… Pues muy bien. Lo que está claro es que los que no pensamos así, estamos inmensamente orgullosos de no ser como vosotros.